“La historia no se toca”
La angustia aniquilante de tirar un penalti
La grandeza de Cruz Azul es un tema que en los últimos meses ha sido duramente cuestionada y una vez más salió a relucir. Esta vez fue Francisco Suinaga, presidente deportivo del Toluca, quien previo al partido de hoy aseguró que “si de campeonatos y logros se trata, Toluca es más grande que Cruz Azul”. Ante ello, Adrián Aldrete salió en defensa de su equipo.
“La historia nadie la puede cambiar, es intocable. Sí, en los últimos años no se ha tenido un título que la pueda refrendar, pero por eso estamos con este proyecto que ha gustado mucho, internamente sobre todo. Más allá de lo que se diga afuera, el conocimiento que se tiene de estar en un club como este y de querer hacer historia, es la ilusión con la que diario trabajamos”.
La visita al Infierno pinta como una buena oportunidad para que Cruz Azul silencie las críticas y convenza no solo a la afición, sino a ellos mismos de que están haciendo las cosas para honrar la historia del club; de las últimas nueve visitas que La Máquina ha hecho al Nemesio Diez ha salido airoso en seis ocasiones, por lo que se vuelve un escenario viable para reflejar el trabajo hecho en la semana, así lo indicó Aldrete.
Los trapecistas no suelen fallar, en el circo. Los equilibristas tampoco se tropiezan cuando cruzan las alturas desplazándose sobre una cuerda floja. Las grandes orquestas sinfónicas ofrecen interpretaciones tan perfectas en sus conciertos que podrías hacer prácticamente una grabación comercial de cada una de esas presentaciones en vivo. Y, en muchas otras disciplinas no se cometen casi errores.
O sea, que el mundo se ha convertido en un gran espacio de excelencias y superioridades, a la vez que el nivel de exigencia hacia los individuos está llevando a muchos de ellos a situaciones de verdadera marginación: como sólo hay cupo para los mejores, los demás se tienen que resignar a una vida de puertas cerradas, de ilusiones incumplidas, de empleos inadecuados y de metas no alcanzadas.
La competencia entre las personas es absolutamente
“Los primeros tiempos son los que más nos han costado, estamos conscientes de ello. Hay varios aspectos, pero lo táctico es lo menos importante ahora; la desconcentración con la que estamos saliendo es lo que nos ha costado y eso no debe de ser. Ese error lo tenemos bien identificado, no nos podemos dar el lujo de regalar los primeros minutos. Ante un rival como Toluca que es protagonista, que está en su cancha y con su gente tienes que hacer un partido redondo”.
ENTIENDEN LA IDEA
En los cinco partidos, entre Copa y Liga, que ha enfrentado despiadada y para cada puesto de trabajo que ofrece el mercado laboral se presentan cientos de aspirantes, provistos cada uno de ellos de diplomas que exhiben sobradas cualificaciones para desempeñar luego las funciones requeridas.
El mito fundacional del capitalismo de que cualquier sujeto puede triunfar en los negocios y hacerse de una gran fortuna se ha vuelto un sueño cada vez más difícil de alcanzar. Ya no hay casi oportunidades más que para los verdaderos tiburones de nuestra especie humana, por llamarlos de alguna manera, los individuos más despiadados y ambiciosos.
El deporte, en este sentido, es un universo en el que es supremamente difícil hacerse un lugar. Lo saben todos esos jóvenes futbolistas mexicanos que no encuentran cabida en los equipos profesionales; lo viven, día a día, los competidores que se esfuerzan con denuedo para ser seleccionados y participar La Máquina le ha costado en demasía ejecutar lo que le pide Caixinha. Sin embargo, Aldrete reveló que todos se dieron un baño de humildad en la semana, reconocieron los errores que han cometido en los últimos encuentros y tienen más clara la idea futbolística del entrenador lusitano.
“La idea de Pedro está detectada por todos, es sobre ejecución. Tenemos que pulir muchas cosas. El equipo la ha mejorado, sabe de los errores y los estamos tomando con mucha humildad. El equipo tiene mucho potencial, cuando lo muestra le gusta tener el balón y ser protagonista”, indicó el defensa. en los Juegos Olímpicos; lo padecen, amargamente, quienes no han tenido más remedio que no poder ya dedicarse a la disciplina deportiva con la que soñaban porque no pudieron cumplir con las durísimas exigencias de un entrenador o de un director técnico.
Lo que me sorprende, entonces, es ver cómo fallan los penales los futbolistas en la cancha. Hay algo ahí que los comunes mortales no alcanzamos a comprender, una suerte de agobio tan monumental —suponemos— y una presión tan aniquiladora que los tipos se desmoronan pura y simplemente. Digo, de otra manera no te lo explicas. Si lo piensas, es algo que termina siendo bastante consolador. En este mundo implacable surge, de pronto, una desbordante muestra de imperfección, una especie de prueba de que las cosas, después de todo, siguen siendo muy difíciles y de que los humanos fracasamos. Bendito futbol.