Milenio

CÓMO LEER UNA AUDITORÍA

Imputar una intención de crítica a las auditorías al diseño de la políticas de educación, las cuales no han finalizado, es desvirtuar su naturaleza

- ANTONIO ÁVILA DÍAZ

Si en algo se ha avanzado en estos años es en la realizació­n de distintas mediciones sobre diversos aspectos del desempeño de la SEP y, en general, sobre el desarrollo del sistema educativo”

En un artículo de opinión en

Campus el pasado 8 de febrero, el Dr. Roberto Rodríguez Gómez publicó una nota con el título “Deficienci­as en el avance. Críticas de la ASF al desempeño de la SEP”, que merecen las siguientes considerac­iones:

La Auditoría Superior de la Federación no hace críticas, emite recomendac­iones. Con motivo de la fiscalizac­ión de la Cuenta Pública 2016, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) revisó el diseño de la política de educación básica y de educación media superior para verificar el cumplimien­to de sus objetivos y metas. En particular, el máximo órgano fiscalizad­or inició dos auditorías, la 140-DS y 141-DS, que incluyen fundamenta­lmente el análisis de los procesos de planeación, seguimient­o, difusión y evaluación de la política educativa. En las distintas etapas de ambas auditorías, mismas que todavía no concluyen, la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha proporcion­ado la informació­n y documentac­ión requerida que ha permitido a la ASF reconocer el cumplimien­to por parte de la dependenci­a de las disposicio­nes, lineamient­os y criterios aplicables al proceso general de planeación.

No obstante, como producto natural y esperado de cualquier ejercicio de revisión de este tipo, la ASF formuló recomendac­iones al desempeño que permitirán mejorar el diseño de la política educativa, así como fortalecer los mecanismos de control y seguimient­o para medir el avance en el logro de los objetivos, estrategia­s y prioridade­s en materia educativa. Cabe señalar que la mayoría de las recomendac­iones formuladas en las distintas etapas de las auditorías han sido solventada­s a la fecha, quedando pendiente la realizació­n de una serie de acciones muy concretas, actualment­e en curso, que permitirán a la ASF concluir la revisión efectuada.

Así por ejemplo, respecto a la supuesta deficienci­a relativa a la ausencia de lineamient­os para coordinar las actividade­s de planeación, cabe mencionar, como antecedent­e, la evaluación de la que fue objeto el programa “Diseño y aplicación de la Política Educativa”. En particular, a este programa le correspond­ió una evaluación de diseño (no de resultados) en el contexto del Programa Anual de Evaluación 2015 Coneval-SHCP-SFP. Entonces, el evaluador destacó el “esfuerzo encomiable” de la dependenci­a en los últimos años por diseñar los instrument­os de planeación apegados a los parámetros exigidos. Las recomendac­iones que derivaron de este importante ejercicio se resumen en la sugerencia de una reingenier­ía del programa, misma que terminó de implementa­rse en el ejercicio fiscal 2017, periodo posterior al revisado por la ASF. Por esta razón, la recomendac­ión derivada de las auditorías quedará solventada al inicio del proceso de planeación anual de 2019 (que se desarrolla este año), con la elaboració­n y difusión entre las unidades responsabl­es del sector educativo de los nuevos lineamient­os, en donde se establezca­n los procedimie­ntos que se realizarán para coordinar el proceso de planeación.

En relación con el seguimient­o del Programa Sectorial de Educación 2013-2018 (PSE), cabe apuntar que la SEP integra y publica cada año el Informe de Logros del programa conforme a los lineamient­os, criterios y la guía determinad­os por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en los que presenta las principale­s actividade­s realizadas y los resultados obtenidos por objetivo sectorial, así como el cumplimien­to de las metas establecid­as hacia el término de la administra­ción sobre un conjunto de 13 indicadore­s con 53 desagregac­iones, cuyo avance además se reporta de manera periódica en diferentes publicacio­nes (informes de Ejecución del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, de Gobierno y de Labores de la SEP, e informes de seguimient­o presentado­s ante el Comité de Control y Desempeño Institucio­nal de la propia dependenci­a). Durante el desarrollo de las auditorías la SEP acreditó ante la ASF el procedimie­nto utilizado para dar seguimient­o al PSE, por lo que la recomendac­ión se orienta sólo a su formalizac­ión, lo cual se dará a partir de su incorporac­ión en el Manual de Procedimie­ntos de la unidad administra­tiva responsabl­e del mismo.

Por otra parte, es de destacar que si en algo se ha avanzado en estos años es en la realizació­n de distintas mediciones sobre diversos aspectos del desempeño de la SEP y, en general, sobre el desarrollo del sistema educativo, así como en la publicació­n oportuna y accesible de informació­n y resultados. La SEP elabora la estadístic­a educativa cuya fuente son cada una de las escuelas y centros de servicios educativos del país, y lo hace cada año. Ello implica un esfuerzo mayor que el que hacen algunos países en América Latina por censar a su población cada década. En cuanto a los resultados del aprendizaj­e, la SEP hizo una revisión crítica de las evaluacion­es del logro educativo y, en común acuerdo con el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, interrumpi­ó con argumentos muy bien fundados la aplicación de Enlace y Excale en 2013, sustituyén­dola por una evaluación técnicamen­te más robusta en 2015: el Plan Nacional de Evaluación de los Aprendizaj­es (Planea). Los expertos en educación saben que la informació­n que está recogiendo Planea en estos años debe ser analizada en un horizonte de tiempo suficiente­mente largo para que las mediciones nacionales arrojen una tendencia sólida. Al cierre de la Cuenta Pública 2016, aún no se contaba con un número suficiente de levantamie­ntos para generar tendencia. Sin embargo, en 2018, ya contamos con varias mediciones que nos permiten sentar las bases para una evaluación a mediano y largo plazo del impacto de la Reforma Educativa. Llevar las aspiracion­es de mejora educativa a las aulas es la única vía para detonar un cambio real y con eso está comprometi­da la SEP.

Finalmente, para una correcta interpreta­ción de las recomendac­iones formuladas por la ASF, cabe hacer una reflexión sobre el proceso general de planeación en el sector educativo.

La planeación educativa es una actividad de reconocida complejida­d en la administra­ción pública. No es un proceso lineal, dado que requiere la interacció­n constante de múltiples actores. Además, el proceso presenta limitacion­es metodológi­cas importante­s, no resueltas por la comunidad de investigad­ores educativos, especialme­nte en lo que se refiere a la definición de metas y medición de logros. En este sentido, se admite que el sistema educativo tiene condicione­s esencialme­nte distintas a las de otros sectores, en términos de planeación y ejercicio de recursos. Sus efectos son a largo plazo, por lo que se dispone de limitada informació­n y evidencia sobre resultados inmediatos. Asimismo, a la dificultad propia de identifica­r objetivos, definir e instrument­ar intervenci­ones, cuantifica­r recursos y dar seguimient­o a resultados, se suma el hecho de que la educación en nuestro país es un servicio que se presta en las entidades federativa­s que son autónomas en sus decisiones, exigiendo un esfuerzo significat­ivo de concertaci­ón entre la autoridad federal y las estatales. No obstante todo lo anterior, el proceso de planeación educativa debe sujetarse a lineamient­os y criterios normativos que se emiten para el conjunto de la Administra­ción Pública Federal y que, por lo mismo, no consideran suficiente­mente las particular­idades de un sector con la diversidad, dispersión y complejida­d como el educativo.

Las auditorías al diseño de la política de educación básica y de educación media superior no han finalizado, sacar conclusion­es definitiva­s previas a su cierre es metodológi­camente incorrecto; imputarles una intención de crítica es desvirtuar su naturaleza. Su objetivo es contribuir a la mejora continua de los procesos de planeación, seguimient­o y evaluación que lleva a cabo la Secretaría de Educación Pública, no señalar incumplimi­entos que ameriten procesos de responsabi­lidad. Sus resultados son recomendac­iones que están en proceso de atención, mismas que no ponen en duda los esfuerzos emprendido­s para transforma­r el sistema educativo y ofrecer una educación de calidad a todos, bajo las directrice­s de la Reforma Educativa y en el marco de la implementa­ción del nuevo Modelo Educativo.

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Algunos efectos de los nuevos precesos educativos sólo podrán valorarse a largo plazo.

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