CÓMO LEER UNA AUDITORÍA
Imputar una intención de crítica a las auditorías al diseño de la políticas de educación, las cuales no han finalizado, es desvirtuar su naturaleza
Si en algo se ha avanzado en estos años es en la realización de distintas mediciones sobre diversos aspectos del desempeño de la SEP y, en general, sobre el desarrollo del sistema educativo”
En un artículo de opinión en
Campus el pasado 8 de febrero, el Dr. Roberto Rodríguez Gómez publicó una nota con el título “Deficiencias en el avance. Críticas de la ASF al desempeño de la SEP”, que merecen las siguientes consideraciones:
La Auditoría Superior de la Federación no hace críticas, emite recomendaciones. Con motivo de la fiscalización de la Cuenta Pública 2016, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) revisó el diseño de la política de educación básica y de educación media superior para verificar el cumplimiento de sus objetivos y metas. En particular, el máximo órgano fiscalizador inició dos auditorías, la 140-DS y 141-DS, que incluyen fundamentalmente el análisis de los procesos de planeación, seguimiento, difusión y evaluación de la política educativa. En las distintas etapas de ambas auditorías, mismas que todavía no concluyen, la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha proporcionado la información y documentación requerida que ha permitido a la ASF reconocer el cumplimiento por parte de la dependencia de las disposiciones, lineamientos y criterios aplicables al proceso general de planeación.
No obstante, como producto natural y esperado de cualquier ejercicio de revisión de este tipo, la ASF formuló recomendaciones al desempeño que permitirán mejorar el diseño de la política educativa, así como fortalecer los mecanismos de control y seguimiento para medir el avance en el logro de los objetivos, estrategias y prioridades en materia educativa. Cabe señalar que la mayoría de las recomendaciones formuladas en las distintas etapas de las auditorías han sido solventadas a la fecha, quedando pendiente la realización de una serie de acciones muy concretas, actualmente en curso, que permitirán a la ASF concluir la revisión efectuada.
Así por ejemplo, respecto a la supuesta deficiencia relativa a la ausencia de lineamientos para coordinar las actividades de planeación, cabe mencionar, como antecedente, la evaluación de la que fue objeto el programa “Diseño y aplicación de la Política Educativa”. En particular, a este programa le correspondió una evaluación de diseño (no de resultados) en el contexto del Programa Anual de Evaluación 2015 Coneval-SHCP-SFP. Entonces, el evaluador destacó el “esfuerzo encomiable” de la dependencia en los últimos años por diseñar los instrumentos de planeación apegados a los parámetros exigidos. Las recomendaciones que derivaron de este importante ejercicio se resumen en la sugerencia de una reingeniería del programa, misma que terminó de implementarse en el ejercicio fiscal 2017, periodo posterior al revisado por la ASF. Por esta razón, la recomendación derivada de las auditorías quedará solventada al inicio del proceso de planeación anual de 2019 (que se desarrolla este año), con la elaboración y difusión entre las unidades responsables del sector educativo de los nuevos lineamientos, en donde se establezcan los procedimientos que se realizarán para coordinar el proceso de planeación.
En relación con el seguimiento del Programa Sectorial de Educación 2013-2018 (PSE), cabe apuntar que la SEP integra y publica cada año el Informe de Logros del programa conforme a los lineamientos, criterios y la guía determinados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en los que presenta las principales actividades realizadas y los resultados obtenidos por objetivo sectorial, así como el cumplimiento de las metas establecidas hacia el término de la administración sobre un conjunto de 13 indicadores con 53 desagregaciones, cuyo avance además se reporta de manera periódica en diferentes publicaciones (informes de Ejecución del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, de Gobierno y de Labores de la SEP, e informes de seguimiento presentados ante el Comité de Control y Desempeño Institucional de la propia dependencia). Durante el desarrollo de las auditorías la SEP acreditó ante la ASF el procedimiento utilizado para dar seguimiento al PSE, por lo que la recomendación se orienta sólo a su formalización, lo cual se dará a partir de su incorporación en el Manual de Procedimientos de la unidad administrativa responsable del mismo.
Por otra parte, es de destacar que si en algo se ha avanzado en estos años es en la realización de distintas mediciones sobre diversos aspectos del desempeño de la SEP y, en general, sobre el desarrollo del sistema educativo, así como en la publicación oportuna y accesible de información y resultados. La SEP elabora la estadística educativa cuya fuente son cada una de las escuelas y centros de servicios educativos del país, y lo hace cada año. Ello implica un esfuerzo mayor que el que hacen algunos países en América Latina por censar a su población cada década. En cuanto a los resultados del aprendizaje, la SEP hizo una revisión crítica de las evaluaciones del logro educativo y, en común acuerdo con el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, interrumpió con argumentos muy bien fundados la aplicación de Enlace y Excale en 2013, sustituyéndola por una evaluación técnicamente más robusta en 2015: el Plan Nacional de Evaluación de los Aprendizajes (Planea). Los expertos en educación saben que la información que está recogiendo Planea en estos años debe ser analizada en un horizonte de tiempo suficientemente largo para que las mediciones nacionales arrojen una tendencia sólida. Al cierre de la Cuenta Pública 2016, aún no se contaba con un número suficiente de levantamientos para generar tendencia. Sin embargo, en 2018, ya contamos con varias mediciones que nos permiten sentar las bases para una evaluación a mediano y largo plazo del impacto de la Reforma Educativa. Llevar las aspiraciones de mejora educativa a las aulas es la única vía para detonar un cambio real y con eso está comprometida la SEP.
Finalmente, para una correcta interpretación de las recomendaciones formuladas por la ASF, cabe hacer una reflexión sobre el proceso general de planeación en el sector educativo.
La planeación educativa es una actividad de reconocida complejidad en la administración pública. No es un proceso lineal, dado que requiere la interacción constante de múltiples actores. Además, el proceso presenta limitaciones metodológicas importantes, no resueltas por la comunidad de investigadores educativos, especialmente en lo que se refiere a la definición de metas y medición de logros. En este sentido, se admite que el sistema educativo tiene condiciones esencialmente distintas a las de otros sectores, en términos de planeación y ejercicio de recursos. Sus efectos son a largo plazo, por lo que se dispone de limitada información y evidencia sobre resultados inmediatos. Asimismo, a la dificultad propia de identificar objetivos, definir e instrumentar intervenciones, cuantificar recursos y dar seguimiento a resultados, se suma el hecho de que la educación en nuestro país es un servicio que se presta en las entidades federativas que son autónomas en sus decisiones, exigiendo un esfuerzo significativo de concertación entre la autoridad federal y las estatales. No obstante todo lo anterior, el proceso de planeación educativa debe sujetarse a lineamientos y criterios normativos que se emiten para el conjunto de la Administración Pública Federal y que, por lo mismo, no consideran suficientemente las particularidades de un sector con la diversidad, dispersión y complejidad como el educativo.
Las auditorías al diseño de la política de educación básica y de educación media superior no han finalizado, sacar conclusiones definitivas previas a su cierre es metodológicamente incorrecto; imputarles una intención de crítica es desvirtuar su naturaleza. Su objetivo es contribuir a la mejora continua de los procesos de planeación, seguimiento y evaluación que lleva a cabo la Secretaría de Educación Pública, no señalar incumplimientos que ameriten procesos de responsabilidad. Sus resultados son recomendaciones que están en proceso de atención, mismas que no ponen en duda los esfuerzos emprendidos para transformar el sistema educativo y ofrecer una educación de calidad a todos, bajo las directrices de la Reforma Educativa y en el marco de la implementación del nuevo Modelo Educativo.