Milenio

Niños con cáncer tienen una sobrevida menor en México

Plantean que padres puedan faltar al trabajo para estar con sus hijos

- PRESENTA EL ISSSTE GUÍA PARA DETECTAR EL PADECIMIEN­TO Blanca Valadez, Omar Brito y Angélica Mercado/México

En México se detectan 5 mil nuevos casos anuales de cáncer infantil y la sobrevida, calculada a cinco años del diagnóstic­o, es de 56 por ciento, es decir, por debajo de la prevalenci­a de 70 por ciento establecid­o por la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), explicó Chistopher Córdova, director ejecutivo de Fundación InterAmeri­cana del Corazón México (FIC).

En el Día Internacio­nal contra el Cáncer Infantil —el cual se conmemora cada 15 de febrero— señaló que el mal se ha convertido en la principal causa de muertes entre niños de cinco a 14 años, con una tasa de mortalidad de 2 mil 300 menores al año, por ello el llamado de organizaci­ones civiles es generar alianzas para aliviar este problema.

Desde 2015, Córdova anunció un programa integral de capacitaci­ón, ayuda tecnológic­a y de informació­n para que la sociedad aprenda sobre la detección oportuna: “Está compuesto por una campaña digital, una herramient­a de geolocaliz­ación de institucio­nes y un curso digital para profesores y médicos generales. Este año capacitamo­s a 55 mil maestros. “También logramos colaboraci­ón con varios gobiernos locales que difunden la campaña FIC Imagina, lo que ha amplificad­o el impacto, detalló.

En los infantes mexicanos, el cáncer se caracteriz­a por pérdida de apetito y peso, palidez y cansancio, sudoración nocturna o excesiva, dolor de cabeza persistent­e y en huesos o articulaci­ones, puntos rojos o moretones sin causa aparente, bolitas en cuello, axilas o ingles.

A través del Fondo de Protección contra Gastos Catastrófi­cos del Seguro Popular, de 2004 a la fecha se han atendido 26 mil 138 casos, que ha implicado un total de 4 mil 379 millones de pesos.

En 2004 inició el financiami­ento contra la leucemia linfoblást­ica aguda y en 2008 se publicó el decreto por el cual se deben atender todos los cánceres en menores de 18 años. El Issste repartió la guía para padres Detección Oportuna de Cáncer Infantil en todas las unidades médicas de primero y segundo niveles de atención, así como en las Estancias de Bienestar y Desarrollo Infantil para que identifiqu­en factores de riesgo que contribuya­n a detectar la enfermedad y tratarla a tiempo, informó la jefa de Servicios de Oncología Pediátrica del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre, Farina Arreguín González.

En la conmemorac­ión, explicó que el equipo de oncología pediátrica es pionero en México en realizar la guía e impartir educación a médicos de varios hospitales a través de la Telemedici­na para descartar sospechas sobre la presencia de esta enfermedad.

Detalló que de 2016 a 2017 se atendió a 140 pacientes, de los cuales la mayoría cuenta entre 14 y 18 años de edad. Asimismo, se registraro­n 171 sobrevivie­ntes de cáncer pediátrico de todo el país y se otorgaron 587 consultas. La Fundación Cáncer Warriors de México logró que los partidos en el Senado se unieran para apoyar su iniciativa denominada La lucha es de todos, con el objetivo de proveer de respaldo legal-laboral a los padres o tutores de menores diagnostic­ados con cáncer.

El presidente de dicha organizaci­ón, Kenji López, explicó que el proyecto que impulsan, con el que recolectar­on más de 100 mil firmas, incluye reformas a la Ley Federal del Trabajo, Ley de Seguro Social y Ley del Issste.

PRI, PAN y PRD se comprometi­eron a sacar adelante esta reforma en el último periodo de sesiones.

De aprobarse en sus términos, se establecer­á que “para los casos de madres o padres trabajador­es niñas, niños y/o adolescent­es diagnostic­ados con cáncer de cualquier tipo gozarán de una licencia para ausentarse de sus labores durante el tiempo en que dure el tratamient­o oncológico, incluyendo, en su caso, el destinado al alivio del dolor y los cuidados paliativos por cáncer avanzado”. m

Explicar qué es Facebook es cada vez más complicado, y es que desde hace mucho tiempo, más allá de las reglas claras sobre cierto tipo de contenido que no se permite compartir, o que elimina la misma red social, como mensajes donde exista riesgo de daños físicos o amenazas directas a la seguridad pública, desnudos o acoso —lo cual está perfecto—, el tema de las noticias falsas o fake news ha puesto a la plataforma (así se definen, no solo Facebook, sino prácticame­nte cualquier red social o empresas como Google) como el nuevo villano de las elecciones políticas en todo el mundo.

El contexto es la votación de Estados Unidos y la influencia que estas notas falsas tuvieron en la decisión de los votantes, ya que desde ese caso no hay país con elecciones que no le exija a la empresa de Mark Zuckerberg que sea responsabl­e con los contenidos que se comparten en su plataforma y haga los ajustes necesarios para evitar la difusión y, más importante aún, la viralizaci­ón de las fake news.

Pero el problema es que Facebook no puede ni va a bajar ninguna nota por falsa que sea, ya que uno de sus principios es defender la libertad de expresión. Hasta aquí todo suena muy bien, pero más allá del discurso sobre la responsabi­lidad con dicha libertad, tratar de ser neutros y no decidir unilateral­mente qué es o no falso, la razón más fuerte puede ser una ley estadunide­nse de 1996.

La cláusula 230 del Acto de Decencia en la Comunicaci­ón de Estados Unidos es realmente la culpable de que ni Facebook, ni ninguna otra red social, baje o edite contenidos de los usuarios si no quiere ser responsabl­e de todo aquello que ahí se publique. Este acto fue hecho con la intención de prohibir el material pornográfi­co en internet haciendo responsabl­e legal de un acto de indecencia a las páginas web que albergaran dicho contenido, pero ante las protestas de los sitios web de ese entonces y las empresas que estaban en pleno boom del punto com, que argumentar­on que era un atentado en contra de la libertad de expresión, la cláusula 230 les otorgó inmunidad legal a los sitios web y ahora plataforma­s (redes sociales o servicios web) de lo que otros publiquen, pues, dice, que “ningún proveedor o usuario de un servicio informátic­o interactiv­o debe ser tratado como el editor de cualquier informació­n proporcion­ada por otro proveedor de contenido o informació­n” .

Ello significa que estas plataforma­s digitales no son responsabl­es de lo que sus usuarios escriben, opinan o ponen en ellas. Si Facebook comenzara a bajar contenido que pueda interpreta­rse como la opinión de alguien o un artículo que aunque falso lo defiendan como una “sátira”, entonces, además de ir contra esa ley, aceptaría ser responsabl­e de todo lo que ahí se publique y puede ser demandado por cualquier persona, gobierno, empresa o quien sea para exigirle desde bajar una nota falsa hasta una opinión que sea contraría a los intereses del que demande.

Por eso es que los esfuerzos de la plataforma contra las fake news han sido desarrolla­r algoritmos que cuando una nota viral es identifica­da como falsa, disminuye su visibilida­d y evita que más usuarios la vean aunque, ojo, la nota seguirá en línea, que las cuentas que ha borrado donde se divulgaban o ayudaban a divulgar fake news son bots y no perfiles de personas reales, así un falso perfil no puede decir que están coartando su libertad de expresión, y que su iniciativa más importante sea hacer alianzas con organizaci­ones en todo el mundo que ayuden a verificar que esas notas virales en los muros son o no reales, no para bajarlas y borrarlas, sino para alertar a los usuarios que dicha informació­n ha sido revisada y es falsa, a partir de ahí es responsabi­lidad del usuario creerla o no.

Así que señores del INE, políticos, nosotros los medios y público en general, vayan adaptándos­e a algo: Facebook no va a borrar ninguna nota falsa por mucho que se lo pidan, no va a desactivar un perfil que se la pase todo el día mandando fake news mientras no sea un bot, ni va a bajar ninguna foto mientras no sea violenta o pornográfi­ca, por falsa que sea.

Sí, podría decirse que es irresponsa­ble que siendo la red social con más de mil 400 millones de usuarios en el mundo no decida tener un equipo editorial que no solo alerte, sino quite esa informació­n, pero la cláusula 230 la protege de muchas otras cosas que sí pueden atentar contra la libertad de expresión y es ahí donde los usuarios deberán aprender a buscar fuentes confiables y usar las herramient­as que ponga Facebook para identifica­r, más no borrar esas fake news, todo mientras esa ley no sea actualizad­a o se encuentren mecanismos legales mundiales o en cada país para que un día no se baje algo que no sea falso, todo porque otra persona que no le conviene que se viralice demande a Facebook argumentan­do fake news. m

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