Rafael Septién, quien apoyará a jovenes y niños con su fundación, recuerda su época en Dallas
Rafael Septién estuvo en la CdMx y platicó con La Afición sobre su carrera con los Vaqueros de Dallas; aseguró que trabaja en un proyecto para desarrollar el futbol americano en nuestro país
Aunque ya no es tan conocido por las generaciones actuales, la NFL tuvo una gran presencia de jugadores mexicanos en la década de los setentas y ochentas. Uno de los más populares y atléticos fue Rafael Septién, pateador que se convirtió en una de las figuras de los Vaqueros de Dallas y que recientemente fue inducido al Salón de la Fama del Futbol Americano en México por sus aportes históricos en el deporte de las tacleadas.
“Estar nueve años con los Vaqueros fue una experiencia única”, comentó el ex jugador en entrevista para La Afición, a la vez que enseñó un anillo que los Cowboys le otorgaron, así como el reconocimiento que lo acredita como miembro del recinto de los inmortales en nuestro país. “Primero porque era el equipo de México y era un equipo ganador. Al estar en Texas y siendo mexicano, yo me sentí muy bien, me sentí acogido, tenía la presión de ser pateador, pero para eso te entrenas”.
Su amor al deporte lo ha acompañado siempre, al provenir de una familia que ve en la actividad física su estilo de vida. Su padre fue Carlos Septién, quien fuera capitán de la selección mexicana en los mundiales de Brasil 1950 y Suiza 1954, en tanto su tío fue Pedro El Mago Septién, mítico comentarista que narró más de 6 mil partidos de beisbol y 56 Series Mundiales.
SU PASO POR EL AMÉRICA Y EL SALTO A LA NFL
Este amor al deporte le abrió las puertas de Coapa. Septién formó parte de las fuerzas básicas del Club América, y los entrenamientos conjuntos con el primer equipo le permitieron conocer a figuras azulcremas como Luis Miguel Barberena, René Trujillo, Carlos Reinoso y Enrique Borja.
“Era una época del América muy bonita, porque ganaban bastante y nosotros como la reserva también ganábamos”, recordó.
Sin embargo, una beca universitaria en Estados Unidos le permitió dar el salto y mudarse al país vecino. “Pero yo sé inglés, estaban buscando un pateador y dije: ‘me voy para allá’. Saber inglés fue lo que me dio esa opción”, añadió.
Así fue como ingresó a la Universidad de Louisiana-Lafayette, lo que le permitió ser elegido en el Draft de la NFL en 1977 por los Santos de Nueva Orleans, quienes optaron por canjearlo a los Carneros de Los Ángeles antes de comenzar la temporada regular. “Fue interesante porque nunca me imaginé que iba a ser pateador, es más, yo quería ser quarterback o corredor”. Aquel año fue el mejor novato en su posición, pero la oportunidad de jugar con la Estrella Solitaria se presentó y no lo pensó dos veces.
“Los Vaqueros me dijeron: necesitamos un pateador porque Efrén Herrera -también mexicano- quería más dinero y no llegaron a un acuerdo con él”.
Los Vaqueros, que venían de ganar el Super Bowl XII, regresaron al gran juego, donde cayeron ante los Acereros de Pittsburgh, pero encontraron en Septién una pierna confiable que les anotó goles de campo entre 1978 y 1986, cuando las lesiones en la espalda lo obligaron a retirarse.
A partir de este momento, Rafael desapareció de la escena pública, pero su legado en la NFL como uno de los mejores jugadores mexicanos quedó plasmado.
Es por ello que ahora, consciente del impacto que ha alcanzado el futbol americano en México desde su retiro hasta la actualidad, quiere apoyar a este deporte, desarrollar jugadores de todas las edades y hacer que puedan dar el salto al profesionalismo.
“Cuando yo salí de los Vaqueros me desconecté, me fui a vivir a Cancún. Ahora muchos amigos me dijeron que hiciera una asociación por el futbol americano donde no tienes muchas ganancias y ayudas al futbol. Me pareció una muy buena idea. Quiero regresarle a México lo que yo aprendí, que es el futbol americano”.
Es por ello que ha puesto en marcha un proyecto donde niños y jóvenes puedan probar sus habilidades y darles la posibilidad a los mejores de probarse con los Vaqueros de Dallas.
“Queremos ayudar a la juventud mexicana para que su sueño pueda hacerse realidad, como me pasó a mí alguna vez”, comentó el ex pateador.
UN MEJOR FUTURO PARA LOS VAQUEROS
Tras la victoria de las Águilas de Filadelfia en el Super Bowl LII, Septién considera que los Vaqueros están obligados a responderle a los rivales divisionales, aunque aclaró que él estuvo a favor de los Eagles en dicho juego.
“Yo estaba a favor de las Águilas porque ya Nueva Inglaterra era mucho. Brady es buenísimo”.
Sin embargo, han pasado 22 años desde la última vez que los Vaqueros alzaron el trofeo Vince Lombardi, lo cual provoca sentimientos para el pateador, que considera que esta victoria de las Águilas, sumada al plantel actual de Dallas, podrá terminar muy pronto con la sequía de títulos.
“Siento mucha tristeza, pero estamos viendo que con (Dak) Prescott pueden volver a ganar más. (Dan) Bailey también es increíble como pateador. Solo necesitamos cubrir más la defensa y proteger mejor a Prescott. Ojalá regresemos y ganemos otro Super Bowl, que es lo que necesitamos”, finalizó.
No me imaginé que iba a ser pateador, yo quería ser quarterback o corredor” Ojalá regresemos y ganemos otro Super Bowl, que es lo que necesitamos” RAFAEL SEPTIÉN Ex pateador de los Vaqueros