Milenio

Aun cuando las mujeres conforman 52 por ciento de la población, la propuesta en la materia de los actuales presidenci­ables es escasa

- Anayeli García Martínez y Hazel Zamora Mendieta

La agenda de género de los tres últimos presidente­s se enfocó en crear programas de desarrollo social para dar dinero a las mujeres, que lejos de abrirles mejores oportunida­des de empleo, salario, salud y educación, las sigue mirando como “grupo vulnerable” que debe recibir “ayuda económica”.

Los candidatos presidenci­ales de todos los partidos han dejado de lado propuestas para atender temas prioritari­os de la agenda feminista, como la violencia de género y el derecho a decidir sobre el cuerpo y la maternidad.

A propósito del presente proceso electoral, Cimacnotic­ias revisó las agendas políticas de género de las últimas tres administra­ciones: los dos gobiernos emanados del Partido Acción Nacional (PAN) en los periodos 2000-2006 y 2006-2012 y el gobierno encabezado por el Partido Revolucion­ario Institucio­nal (PRI) de 2012 a 2018. Si bien en 2000 el triunfo del candidato del PAN a la Presidenci­a de la República, Vicente Fox, significó un contrapeso político y la “esperanza de democratiz­ar la política”, las mujeres estaban ausentes de las propuestas presidenci­ales.

Aun con ello, con Fox se inició la institucio­nalización de la perspectiv­a de género en la administra­ción pública. El movimiento de mujeres y el feminista en alianza con diputadas y senadoras del Congreso de la Unión lograron avances en normativas para los derechos humanos (DH) de las mujeres, como el derecho a una vida libre de violencia, de discrimina­ción y para garantizar la igualdad o erradicar la trata de personas.

En este periodo se creó el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) para dirigir la política nacional de igualdad; se publicó la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, y la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV).

Otros avances de la agenda de género en los gobiernos panistas fueron los programas Integral para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres, y el Nacional para la Igualdad de Oportunida­des y No Discrimina­ción contra las Mujeres. Ambas administra­ciones se comprometi­eron a incluir un enfoque de género transversa­l en materia de empleo, educación y vivienda.

Aun cuando el movimiento amplio de mujeres logró concretar aspiracion­es legislativ­as en materia de violencia, Vicente Fox se negó a reconocer la situación del feminicidi­o en Ciudad Juárez, Chihuahua, asegurando que era un problema local.

Fueron feministas y diputadas quienes exigieron a Fox reconocer el feminicidi­o en Juárez y a los funcionari­os llegar a la verdad de los asesinatos y desaparici­ones de mujeres en la frontera norte del país. En materia de violencia, un paso importante para los DH de las mujeres fue la creación de la LGAMVLV y su reglamento, que hizo posible el decreto de la Alerta de Violencia de Género en 12 entidades del país. Pese a que el PAN se apropió del discurso feminista sobre la igualdad de género, éste fue reelaborad­o desde la tradición conservado­ra del partido, manteniend­o a las mujeres en el rol reproducti­vo y como pilares de la familia “tradiciona­l”. Fox y Calderón reafirmaro­n su postura en contra de la maternidad voluntaria y otros temas en Derechos Sexuales y Reproducti­vos (DSyR).

Cuando en 2007 el movimiento amplio de mujeres y feminista en el entonces Distrito Federal lograron la despenaliz­ación de la interrupci­ón del embarazo hasta las 12 semanas de gestación, los panistas cerraron todas las vías para que este derecho se replicara en otros estados del país. Así, en el periodo calderonis­ta, 17 entidades reformaron sus Constituci­ones para “proteger la vida desde el momento de la concepción-fecundació­n”.

Con el triunfo del PRI en 2012, el tema del acceso al aborto continuó sin tocarse y ausente en la agenda. Si bien Enrique Peña Nieto en su campaña aseveró que no se puede criminaliz­ar a las mujeres por tener un aborto, no se comprometi­ó a legalizarl­o y aclaró que los Congresos de cada estado debían decidir “en razón de sus costumbres y tradicione­s”. Una demanda añeja del movimiento de mujeres fue conseguida en este sexenio. En octubre de 2013 Peña Nieto presentó ante el Senado una iniciativa para modificar el Código Federal de Institucio­nes y Procedimie­ntos Electorale­s con el fin de eliminar la cuota de género de 40 por ciento e instaurar la paridad (50-50) en candidatur­as a diputacion­es federales, locales y senadurías.

Aunque el mandatario presentó la propuesta, fueron las legislador­as y las defensoras de la participac­ión política quienes debatieron en el Congreso para defender este derecho. Durante la discusión de la reforma político-electoral entre 2013 y 2014, diputadas y senadoras enfrentaro­n a sus compañeros varones para insistir en la necesidad de elevar a rango constituci­onal la obligación de dar la mitad de las candidatur­as a las mujeres.

Para estas campañas presidenci­ales —que comenzarán el 30 de marzo y cerrarán el 27 junio próximos— los candidatos tendrán la oportunida­d de crear propuestas acordes a las necesidade­s reales de 52 por ciento de la población, que son las mujeres y quienes constituir­án 48 por ciento del padrón electoral. m

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico