Anaya, su error de octubre y sus cadáveres políticos…

Desmenuzo factores que, hasta ahora, pueden provocar la derrota de los aspirantes. Le tocó primero a López Obrador: http://www.milenio.com/firmas/ juan_pablo_becerra-acosta/amlo-progresista-fobiasmatrimonio_igualitario-palacio_nacional_18_1116668333. html. Después a Meade: http://www.milenio.com/firmas/ juan_pablo_becerra-acosta/precandidatos-antonio_meade-pri-corrupcion-amlo-ricardo_anaya_18_1120867916. html). Va lo de Ricardo Anaya…

Su error más grave ocurrió hace tiempo: no tuvo suficiente inteligencia ni habilidad política para evitar que Margarita Zavala abandonara su partido. Esa pifia, su error del 6 de octubre de 2017, cuando la abogada renunció al PAN luego de 33 años, le puede costar muy caro. Tanto, como perder la elección.

Veamos cifras. Utilizo Oraculus, su poll of polls, su compilación de encuestas presidenciales, que no se trata de “un promedio simple” de dichas mediciones, sino de “un modelo de estimación de tendencias”, con base en esos sondeos (http://oraculus.mx/poll-of-polls/). Anaya ya cumplió su primer objetivo: se apoderó del segundo lugar. Tiene 30% de intención de voto contra 22% de Meade, amplia diferencia que podría ser aplastante, de hasta 33% contra 19%, si tomamos su mejor margen. Veremos en marzo.

Su segunda meta, alcanzar la punta, le resulta factible: AMLO le lleva ocho puntos (38% contra su 30%), pero si usamos el margen más bajo del ex jefe de Gobierno (35%) y el más alto de Anaya (33%), el panista está cerca de lo que los encuestadores denominan como “empate técnico”, ya que estaría dentro del margen de error (+- 4 puntos porcentuales).

Y es ahí cuando su impericia política del año pasado le puede costar la elección: Zavala tiene una intención de voto de 6%. Seis puntos porcentuales que Anaya pierde, porque los sufragios de Margarita son votos que pertenecían al PAN. Seis puntos que podrían ser hasta ocho, si tomamos en cuenta el margen más alto a favor de Zavala.

Cercanos al panista enojan cuando les exhibo la falta de estatura política que tuvo Anaya: no pudo convencer a Margarita, y eso, en política, se llama fracaso. “¿Qué querías, que le entregara la candidatura en la mano? Con ella era eso, o nada”, alegan. ¿No pudo persuadirla de ser su secretaria de Gobernación o de Desarrollo Social, para que ella tuviera una carrera más experimentada, y enfilara hacia 2024? No. No pudo. Su yerro político. Naufragio que será pesadilla recurrente si pierde por pocos puntos ante AMLO.

Con la cantidad de rencores que generó en el PAN, además de los cadáveres políticos que ha regado en el camino por sus pleitos con el gobierno federal y el PRI, no estoy tan seguro de que logre aquello del voto útil contra López Obrador. En ese caso, su estrategia para posicionarse como una especie de prometedor Mark Zuckerberg o Reed Hastings de la política mexicana (ayer en el Auditorio Nacional), a fin de diferenciarse de la eterna generación matraca y confeti del PRI (es su chip, su gen tricolor, no pueden evitarlo) y del penoso asambleísmo a mano alzada tipo Corea del Norte de Morena; todo ese esfuerzo mediático habrá servido… para nada. Habrá fracasado, Anaya, por su error de octubre… M