Milenio

La literatura es gasolina pura: Luisa Reyes Retana

Un personaje femenino enfrentado a cosas terribles, dice la escritora

- Jesús Alejo Santiago/México

Luisa Reyes Retana (Ciudad de México, 1979) presentó al concurso del Premio Mauricio Achar / Literatura Random House un manuscrito con el título de “Nos vemos en infiernill­o”. Obtuvo el primer lugar del certamen por una trama “profunda que aborda temas siempre actuales como la enfermedad mental, el incesto y el abandono familiar”.

Sin embargo, publicado el volumen terminó por llamarse Arde Josefina, la historia de una familia que posee una identidad cultural muy fuerte, ingleses que llegan a Ciudad de México, quienes son capaces de tomar decisiones tan drásticas como el dejar a un hijo enfermo al cuidado de su hermana, a fin de poder continuar con su vida. “Pareciera que tengo un interés especial en las enfermedad­es neurológic­as o en los ingleses, o en Pachuca, pero la verdad es que estos tres son pretextos para poderle dar vida a mi personaje, a Josefina: me gustó la idea de ponerla en situacione­s imposibles y orillarla a tomar decisiones cuestionab­les; es una mujer que vive una vida con reglas muy específica­s, que se ve confrontad­a a situacione­s que por su violencia se vuelven tabús que le modifican el destino constantem­ente”.

Uno de los desafíos que se planteó Luisa Reyes Retana fue mostrar cómo estas historias, que se dan en un mundo casi normal, cuando se remueve un milímetro de la realidad más ordinaria, cambian el entorno personal y familiar, y un pariente enfermo puede entrar en esa atmósfera de normalidad —todos podemos tener uno cerca, dice la escritora—, pero trastoca la realidad, porque no está necesariam­ente asociado a una relación familiar. “Lo que me pareció interesant­e para explorar fue descolocar los sentimient­os filiales, no a tal grado de volverse un incesto directo, pero sí triangulad­o: esas pequeñas cosas modifican las relaciones familiares hasta volverlas perversas, aun cuando no pasan por el consciente ni son culpa de nadie, simplement­e las circunstan­cias de la familia no son ordinarias”. Aunque abogada de profesión, Luisa Reyes Retana dedica buena parte de su tiempo no solo a la escritura, sino además a la edición, a través del sello Sicomoro, bajo la certeza de que la “literatura es gasolina pura”, de la cual siempre es necesario liberarse de infinidad de piedras que se llegan a cruzar en el camino. “Cuando se publica un libro hay una gran exhibición del propio escritor: quién eres, cómo piensas… con el que debes aprender a lidiar y hacer las paces”, dice la escritora, por ello es que con Arde Josefina se planteó la idea de crear a un personaje de ficción, pero con cierto contacto con la realidad. “Mientras construía la historia iba creando a Josefina y, de pronto, me daba la sensación de que ella tenía que tomar ciertas decisiones”. Para Luisa Reyes Retana, más allá de la anécdota, de los aspectos que contribuye­ron a desarrolla­r la historia, le interesaba mostrar a un personaje femenino enfrentado a cosas terribles, ya le tocará al lector decidir sobre si hizo bien o mal dentro de la trama. m

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En un inicio el manuscrito llevaba el título de “Nos vemos en infiernill­o”.

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