El fallido anti-fake news
Sin duda, los medios de comunicación juegan un papel fundamental en un proceso electoral, por lo que de cara a las próximas elecciones valdría la pena preguntarnos: en México, ¿quién tendrá mayor credibilidad, los medios tradicionales o los contenidos de internet?, ¿qué papel tiene cada uno en este proceso electoral?
Las preguntas anteriores se dan en el contexto de un ominoso acuerdo entre el Instituto Nacional Electoral (INE) y la empresa extranjera que opera Facebook para, supuestamente, evitar la difusión de noticias falsas (fake news); este acuerdo no fue tal, ya que en realidad fue un arreglo para que la autoridad electoral otorgue información y facilidades a dicha red social para acceder a la información electoral a cambio de nada.
Lejos estamos de la idea de que las redes sociales contribuirán al voto ciudadano bajo las ideas, propuestas, intercambios y contrastes; tal pareciera que se han convertido en el lugar ideal para dispersar rumores, intrigas y ataques (muchos en el anonimato y otros creados artificialmente a través de programas informáticos). No debe perderse de vista que esto no es enteramente atribuible al medio, sino a quienes le dan tales usos.
En ese contexto, los medios tradicionales (radio, televisión y periódicos) siguen gozando de mayor credibilidad ante la población frente a lo que circula en redes sociales, por razones de cobertura, asequibilidad y hábitos de consumo.
Ante este tropiezo del INE, que quizá de buena fe o ingenuo lo hizo, el sector empresarial comienza a preocuparse sobre qué sucederá cuando se den a conocer los resultados del conteo rápido el 1 de julio por la noche; pues nada, el tribunal vuelve a darle otro revés al INE, al asegurar certeza y ponderar que deben darse a conocer en las primeras horas del día 2 de julio. Esto muestra lo que es pensar en la estabilidad y la certidumbre.
Por lo que el sector productivo del país se pregunta: ¿qué necesidad existe de experimentos fallidos?
Interferencias
El valor del espectro radioeléctrico en la banda 2.5 se definirá en la subasta que viene, pero es de suma importancia que el precio mínimo de referencia sea acorde con el valor que se ha pagado en el mercado, lo que además es un mandato legal. De ahí que sea inexplicable el por qué si el espectro radioeléctrico es un bien público, se mantiene en secreto lo que pagó el agente preponderante a MVS por el espectro en la banda 2.5. Lo importante es asegurar mejores condiciones para el Estado y que no se generen efectos anticompetitivos.