Episcopado amordaza a curas por comicios
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) enlistó ocho acciones que obispos, sacerdotes y religiosos tienen prohibidas durante el actual proceso electoral.
Entre ellas destacan “promover, recomendar, sugerir o apoyar públicamente a algún candidato o partido directa o indirectamente en actos de culto, sean dentro o fuera de los templos”.
Explicó que el objetivo es evitar sanciones penales o administrativas, como multas que van de 100 a 500 días o 20 mil días de salarios mínimos o la pérdida de su registro, según las diferentes legislaciones que sancionan la participación de los ministros de culto en materia electoral.
En el protocolo difundido, el Episcopado aconseja a los religiosos respetar la ley con un ejercicio de “prudencia no sencillo”, sobre todo en periodos electorales en los que “la autoridad y los distintos actores políticos incrementan su vigilancia sobre los ministros de la iglesia”. Entre las limitaciones están no criticar o atacar en actos de culto a ningún candidato o partido político; no distribuir ni permitir la distribución dentro de los templos o lugares adyacentes de ningún tipo de material que contenga propaganda electoral; no permitir que los fieles utilicen los lugares, actos de culto público y templos para realizar o colocar propaganda electoral o sostener reuniones de tipo político o partidista.
También advierte que “en en- trevistas deben omitir aquellas respuestas a preguntas que se refieren sobre algún proceso electoral cuando impliquen como consecuencia la opinión o propaganda a favor o en contra de algún candidato o partido”.
No obstante, la CEM puntualizó que los prelados sí pueden recibir a los candidatos en privado para una atención espiritual y hablar en un acto de culto público y publicar sobre la importancia de la participación ciudadana en las elecciones.
También podrán promover el ejercicio del voto libre, informado y responsable, impulsar los derechos humanos a la libertad religiosa y libertad de conciencia. m
Ordenó no promover o atacar en público a candidatos y partidos, entre otras medidas