Lo único seguro en la vida
Los cálculos de una victoria marroquí para albergar la Copa del Mundo de 2026, en la que estarán 48 selecciones, sobre la candidatura conjunta de Norteamérica son solo especulación
Recientemente han aparecido notas alarmistas que al más puro estilo Nostradamus alertan sobre la posibilidad de que Marruecos sea la sede del Mundial 2026 y en nuestro país, junto con Estados Unidos y Canadá, nos quedemos con las ganas de albergar nuestra tercera Copa del Mundo.
Lo único seguro en la vida es la muerte y México está metido en una competencia en la que todo puede pasar, por ello, a continuación intentaré explicarles algunos puntos importantes para la votación que se realizará en junio.
Empecemos desde lo más elemental, y es que el Mundial 2026 será la primera edición con 48 equipos. Esa es la gran apuesta del presidente de la FIFA, Gianni Infantino: incrementar el cupo de la Copa del Mundo, sin aumentar el número de partidos, ni la duración de la justa; mediante un cambio inteligente al formato. La fórmula consiste en reducir a solo dos partidos la fase de grupos y aumentar una ronda de eliminación directa con dieciseisavos de final.
A la FIFA le conviene tener más candidaturas compitiendo para poder exigir en mayor medida y por ello recibieron la propuesta marroquí con los brazos abiertos. Pese a esto, sería muy extraño que con un cambio de formato se apostara por la candidatura africana, en lugar de ir a la segura con tres países que cuentan con mayor infraestructura en todas las áreas.
A diferencia de Marruecos, que tendría que construir estadios suficientes para la justa, la candidatura norteamericana ya tiene listos los escenarios; sin embargo, es importante mencionar que no solo se necesitan estadios. La FIFA exigirá al menos 72 opciones de campamentos para que los 48 equipos elijan entre ellas, campamentos que deberán disponer de al menos cuatro campos de entrenamiento y capacidad hotelera. Esa es una de las razones, por las que México solo podrá albergar 10 partidos en tres sedes.
Junto con los estadios, campamentos para cada equipo y campos de entrenamiento se deben considerar las vías de acceso a los mismos, así como la capacidad turística y hotelera para los equipos, para la afición marzo de 2018 y para los profesionales de FIFA que operaran la justa.
Todo un desafío logístico para los organizadores, mismo que obliga a las federaciones a considerar todos los factores al emitir su voto; sufragio que esta vez será público y abierto, en comparación con las anteriores votaciones secretas en el seno del comité ejecutivo de la FIFA.
Con 211 miembros y 48 equipos calificados (casi un cuarto de los votantes), cada voto implica la responsabilidad de elegir la candidatura más robusta, la que otorgue las mejores condiciones deportivas para competir.
En ese sentido, los votantes para la candidatura marroquí estarán apostando a que se podrá construir la infraestructura necesaria; en contraste con la opción norteamericana, donde ya está todo listo.
Otro factor a considerar es el tema económico, ya que Infantino ha establecido que el ingreso por boletaje se repartirá entre los países miembros. En el Mundial de Brasil el ingreso por taquillas fue de 600 millones de dólares.
Con más equipos, estadios de alta capacidad y precios en dólares americanos, canadienses o pesos mexicanos es muy probable que el incremento en este rubro sea exponencial.
Ante esa bolsa, las federaciones se tendrán que preguntar si es mejor votar por una sede con estadios de gran capacidad y precios para un mayor poder adquisitivo, que la alternativa de apostar por el continente africano. Estos ingresos serán claros para cada asociación, en contraste con las dudas que prevalecen por posible compra de votos en la decisión de las sedes más recientes.
A pesar de que la candidatura conjunta norteamericana parece muy superior a lo que pueda presentar Marruecos es preocupante que el sentido común es el menos común de los sentidos y la gente tiende a votar contra sus propios intereses en muchas ocasiones. El mejor ejemplo de esto lo tenemos en nuestro país, donde nos han saqueado sexenio tras sexenio y también en el vecino del norte con la elección de finales del 2016.
El actual presidente estadunidense, sus vetos migratorios y la intervención del FBI para limpiar la corrupción en la FIFA son algunas de las razones que se presentan para que posibles países miembros se inclinen por Marruecos.
No hay que desestimar esos efectos, ilustrados por un vengativo y resentido Joseph Blatter apoyando la candidatura marroquí.
Canadá y México jugarán un papel muy importante si la candidatura conjunta, evidentemente más potente, se enfrenta a vendettas, barreras intangibles y diferencias ideológicas. El trabajo y cabildeo de Victor Montagliani, Steven Reed, Peter Montopoli, Decio de María y Yon de Luisa serán claves para obtener la victoria.
En este momento se estima que las dos candidaturas arrancan en un empate técnico con alrededor de medio centenar de votos cada una. La Confederación Africana respaldando a Marruecos y los miembros de Concacaf y Conmebol apoyando a Norteamérica. Los países candidatos no pueden votar y con Oceanía del lado norteamericano, la decisión parece que recaerá en Europa y Asia.
Por ello, hoy los números que las notas de alarma presentan son solo especulación de cómo votarán las diferentes asociaciones y federaciones. Una decisión entre un proyecto-promesa que presentará Marruecos a fin de construir todo lo necesario para albergar un Mundial ante un plan norteamericano que detallará el cómo se usará una infraestructura ya existente.