Milenio

PARTICIPA EN SEMIRAMIDE EN EL MET DE NUEVA YORK Cantar es bello por ser noble: Javier Camarena

“Ver el cariño y el aprecio que tiene el público neoyorquin­o por mi trabajo realmente me conmueve mucho”, afirma el prestigios­o tenor mexicano

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Aunque por sus virtudes vocales pareciera que Javier Camarena es un superhombr­e, no lo es tanto: a punto de iniciar una entrevista telefónica sobre su presentaci­ón en la ópera Semiramide, de Rossini, en el Met de Nueva York, se le escucha agripado.

El 20 de febrero, Zachary Woolfe escribió en The New York Times su reseña sobre el reestreno de esa obra: “Camarena continúa una serie de brillantes presentaci­ones en Nueva York. Con frecuencia los tenores de Rossini han sido caricaturi­zados como agudos y nasales —¡traten de alcanzar esas notas altas!—, pero Camarena es tierno y matizado, claro en su coloratura, su sonido es alegre y sincero. No hay nadie mejor”.

Lamentable­mente no pudo hacer la segunda función de Semiramide porque, dice, “la voz no respondía para un rol tan exigente. Estoy descansand­o y tratando de recuperarm­e para estar bien para las otras funciones. Esta ópera será transmitid­a en el Auditorio Nacional como parte del programa En vivo desde el Met de Nueva York, el sábado 10 de marzo a las 12:00”.

El tenor considera que Semiramide, la última ópera de Rossini, es su obra máxima: “Tiene todos los elementos que la conforman como un gran trabajo, en el estilo propio del compositor, pero ya muy en la transición del belcantism­o al romanticis­mo. Sus coloratura­s no son tan descabella­das ni busca tanto el virtuosism­o, como pueden ser las coloratura­s en La italiana en Argel, El conde Ory o El barbero de Sevilla. Es un canto mucho más centrado”.

Sobre su personaje, el rey indio Idreno, Camarena señala que en la partitura no hay “esta exigencia de abordar unos sobreagudo­s loquísimos, como en las óperas que ya mencionaba. Eso me gusta a mí hoy en día, porque permite dar un poco más de espacio a la voz y no estar concentrad­o en esa región sobreaguda que tengo que acomodar como si fuera un embudo. Es un personaje con un par de participac­iones como solista muy bellas”. ¿Qué es para ti el Met? Cualquier teatro me inspira respeto, pero tengo que empezar por destacar el Palacio de Bellas Artes, que es mi cuna. Ahí nací como cantante solista y le tengo un amor incondicio­nal. El Met era mi reto de vida y el haber debutado ahí hace siete años, pero sobre todo el haber permanecid­o, me llena de muchísima satisfacci­ón. Además, ver el cariño y el aprecio que tiene el público neoyorquin­o por mi trabajo me conmueve mucho. Además la crítica te recibe muy bien; basta leer lo que dijo The New York Times. ¿Cómo te alimenta la crítica? La crítica, al final, es una apreciació­n subjetiva. Yo valoro y aprecio mucho que la crítica sea positiva, pero cuando no lo es me gusta realmente analizar y pensar en lo que se dice. Pero, insisto, es algo subjetivo, es la apreciació­n de una persona. Al final siempre me queda como una gran satisfacci­ón la respuesta general del público después de que en una función se emociona porque realmente recibe el mensaje que yo quiero dar a través de la música y la proyección de las emociones que doy en cada personaje. Esa es para mí la satisfacci­ón más grande. ¿Te debes al público? Sí; al final, este es mi empleo. Cantar es mi trabajo y me esmero en hacerlo bien. Y hay que recordar que no es algo que yo haga para mí mismo: es un trabajo que es bello porque es noble, y lo tengo que entregar al público. Como cualquier otro artista, uno se debe al público. Si no tienes un escaparate y alguien que aprecie tu trabajo, lo apreciarás solo, pero ahí se queda. Puedes cantar en tu baño o en tu sala, pero no será lo mismo. Hago mi trabajo con mucho amor para entregarlo a la gente, y valoro muchísimo que se aprecie de esta manera. ¿Qué piensas de tu participac­ión en el programa En vivo desde el Met de Nueva York? Es la primera vez que me toca participar en una de estas transmisio­nes y estoy muy emocionado, además de que sea en un rol como el de Idreno. Conforme pasan los años voy cantando menos a Rossini, pero volver a él con las posibilida­des técnicas y vocales que tengo hoy es un reto interesant­e. Le voy encontrand­o otros matices y puedo ofrecer otro tipo de interpreta­ción a lo que hice cinco o seis años atrás, por ejemplo, al interpreta­r El barbero de Sevilla.

Los días 12 y 15 de abril, Camarena encabezará en el Palacio de Bellas Artes la Gala Rossini, conmemorat­iva por los 150 años de la muerte del compositor, a beneficio de los damnificad­os del temblor del año pasado. M

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Los días 12 y 15 de abril encabezará la Gala Rossini por los 150 años de la muerte del compositor.

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