Tokio, uno de los 6 grandes
La moderna ciudad será la sede de los Juegos Olímpicos del año 2020 AGENDA DEL CORREDOR MARZO
El maratón de Tokio pertenece al grupo de los seis maratones más importantes del mundo. Su primera edición se llevó a cabo el 18 de febrero de 2007, captando más de 95 mil solicitudes de participación y limitándose a aceptar únicamente 30 mil 870. Al día de hoy el evento ha crecido, ganando atención y popularidad derivado de su designación como sede de los Juegos Olímpicos del año 2020.
Se estima que a lo largo de su ruta se aglutinan más de un millon seiscientos mil espectadores para animar a los participantes.
El récord del evento es de 2h:03:58 y se encuentra en manos del keniano Wilson Kipsang, impuesto en el año 2017. En la rama femenil es de 2h:19:47, conquistado por Sarah Chepchirchir, también keniana, registrado en el mismo año.
En la edición número 12 realizada el pasado 25 de febrero, el keniano Dickson Chumba logró el primer lugar con un tiempo de 2h:05:30 y la etíope Birhane Dibaba con una marca de 2h:19:51. Para este evento se registraron 320 mil 794 atletas, de los cuales únicamente 35 mil 500 tuvieron la fortuna de participar. El pasado 25 de febrero se realizó la edición número 34 del Maratón de Sevilla, cruzando la meta en primer lugar el keniano Tuwei Dickson Kipsang con un tiempo de 2h:08:18. Cabe destacar que el segundo y tercer lugar también fueron conquistados por atletas de la misma nacionalidad. En la rama femenil, la marroquí Kaoutar Boulaid se impuso con un tiempo de 2h:25:35
La exhaustiva organización, la colorida participación de los espectadores, la extraordinaria red de voluntarios y la belleza de la ruta hacen del maratón de Tokio un evento sin igual.
• MONTAÑA:
· · 10 de marzo 31 de marzo
• URBANAS:
· 4 de marzo · 4 de marzo · 10 de marzo · 11 de marzo · 18 de marzo · 18 de marzo · 25 de marzo · 25 de marzo
• ULTRAMARATÓN:
· 3 de marzo · 10 y 11 de marzo 42 km. Real de Catorce, San Luis Potosí. El Real Reto. 12 horas, El Zarco, Estado de México. 12 horas nocturnas. 42 y 15 km. 10, 5 y 3 km. Ciudad de México. Carrera Colegio Americano. LALA. 42 km. Torreón, Coahuila. XXX Maratón Internacional 6 km. Querétaro. Carrera nocturna Powerade. 10 y 6 km. Ciudad de México. 6ta Carrera del Agua. 12 y Zapopan, Jalisco. 21k Zapopan. 21 km. y 5 km. Querétaro. Medio maratón de la mujer. 21, 10 Zapopan, Jalisco. Runvolution. 10 y 5 km. Ciudad de México. Wonder Woman. 5 km. y 21 km. Xicotepec, Puebla. Desafío en las nubes. 60, 40 de los Leones. Ciudad de México. Ultra trail México Desierto 80, 50, 21 y 10 km. “Actúa como un caballo. Sé tonto. Solo corre” Jumbo Elliott Entrenador estadunidense
Llevaba años sin poder romper mi récord personal y estaba decidido a por fin lograrlo. Horas antes del disparo de salida, caminé por la ciudad detallando la estrategia. La herramienta indispensable para llevarla a la práctica era el reloj que ocupaba mi muñeca, un aparato sofisticado que hasta ese momento me dictaba qué era posible y qué no durante el maratón.
Conocía el paso que debía mantener y el reloj se encargaría de obligarme a cumplirlo, ni más rápido ni más lento. A la par, daría seguimiento puntual a mi frecuencia cardiaca evitando así excederme hasta tronarme.
Estaba listo, los nervios y la ansiedad se ubicaban en un hueco en la boca del estómago. Se cantó el himno, hice una breve oración por mi esposa y mis hijos, ofrecí mi esfuerzo por el bien de mi país y de mi familia, y arranqué a toda prisa.
Habían transcurrido algunos minutos y tenía la sensación de correr a buen ritmo, sin embargo, al ver la pantalla de mi reloj, me llevé la sorpresa de encontrar datos completamente fuera de la realidad. Pensé que sería una falla pasajera, pero ante la revisión constante, el reloj arrojaba datos absolutamente incorrectos.
Presa de la angustia y la desesperación tomé la decisión de apagarlo y apretar el paso, procurando administrar la incomodidad que me producía la velocidad. Al cruzar el medio maratón, expliqué brevemente entre jadeos a un corredor australiano mi plan de carrera y la problemática por la que atravesaba.
Me escuchó pacientemente, volteó a ver su reloj, revisó la velocidad a la que corríamos, el tiempo transcurrido, la distancia recorrida y después de un breve silencio concluyó tajante: “vas demasiado rápido y a este paso no solo no romperás tu récord, sino que tampoco terminarás la carrera”.
Corrí con libertad, sin un reloj que me limitara, ignorando al australiano calculador y poniendo sobre la mesa el sacrificio de meses a cambio de un resultado apropiado. Llegué a la meta con los brazos en alto, el llanto en el rostro y muchísimo tiempo a mi favor. Afortunadamente mi reloj falló, rompí mi récord por una ventaja jamás planeada y aprendí que vale la pena ignorar a todo aquello que te dicta que algo es imposible. Abastecimiento: ¿Conoces a Karl Meltzer? http://karlmeltzer. com.