Curro de Candela amalgama el flamenco con la danza cubana
Cuando empezó la crisis económica en España hace 10 años, también entró en ella el flamenco. Yo estaba en un momento en el que tenía que bailar mucho; no me faltaba trabajo sino eran propuestas con más perspectiva”. Así fue como empezó a formarse Afrogitano, más que flamenco, espectáculo del bailaor español Curro de Candela. “Me ofrecieron montar una obra para una producción que se estrenaría en Madrid y que estaría de gira. La hice porque todos mis compañeros, incluso las grandes figuras, vieron muy mermadas sus actuaciones a nivel internacional. La acepté, la monté y tiré para adelante”, cuenta el último representante de la dinastía que inició el coreógrafo José Greco. Curro de Candela se presentará en el Festival del Centro Histórico de la Ciudad de México los días 10 y 11 de marzo, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, a las 19:00 y 18:00, respectivamente. Acompañado de un cuerpo de baile integrado por Dailys Izquierdo Mejías, Manuela López Moreno, Ana Puente Pareja, Sara Rosado, Alejandra de Castro Pasca, Mariana García Pérez y Esther Pastor Ibáñez, Curro ofrecerá “un show revolucionario: tiene componentes de otras disciplinas artísticas, como la danza española; pero lo nuevo aquí es que también hacemos una confrontación muy interesante con la contemporánea, en concreto con la afrocubana”.
El artista define Afrogitano como una obra sobre su identidad como artista, así como de las tendencias que lo han marcado en su formación.
El espectáculo cuenta con una orquesta en vivo con la que hace un intenso paseo: “Afrogitano tiene ese recorrido paralelo con esas esencias afroamericanas neoyorquinas y también afrocubanas, con lo cual la música nos evoca muchas veces los sonidos
Ambos géneros son “artes que vienen de abajo, del dolor, de la maginalidad”, afirma
del jazz y del flamenco de los años 40 y 50”.
Su relación con Cuba surgió en México pues aquí vivió con su madre algunos años y se relacionó con músicos que habían trabajado con grandes artistas, como Celia Cruz. “Cuando regresé a España me enfoqué en seguir a mis ídolos, como Lázaro Carreño, Rolando Sarabia y Carlos Acosta, lo que me hizo buscar la escuela top de danza clásica en el mundo para varones y eso me llevó a La Habana. De paso me metí más en el folclor afrocubano, el cual respeto muchísimo porque me parece un arte absolutamente prodigioso, muy parecido al flamenco en cuanto a que son artes que vienen de abajo, del dolor, de la marginalidad, por eso dialogan tan bien entre ellos”. m