Violín común muta en... Stradivarius
Científicos suizos señalan que el origen del “milagro” está en la densidad de la madera
Un grupo de investigadores suizos estudia la forma de hacer que un violín nuevo suene como los que fabricó el maestro Antonio Giacomo Stradivari, ello al infestar con hongos la madera del instrumento.
Los Stradivarius son considerados los mejores violines del mundo. El maestro construyó en el siglo XVIII en Cremona, Italia, unos instrumentos que hoy en día cuestan millones, como los de su contemporáneo Guarneri del Gesù. Se calcula que aún se conservan 800 instrumentos de ambos.
Los grandes violinistas y virtuosos alaban la “magia” y la suavidad de su sonido, sobre cuyo secreto existen numerosas teorías. Una de las más recientes es que “la densidad de la madera es el secreto”, según Armin Zemp, experto en sonido del Centro de Prueba de Materiales e Investigación (Empa) en Dübendorf, Suiza.
Cuando Stradivari y Gesù construyeron sus instrumentos, Europa se encontraba sumida en un periodo de 70 años con inviernos largos y veranos frescos. Los árboles crecían lentamente, lo que contribuyó a la formación de una madera muy especial con menos densidad. “Cuando crece en condiciones áridas, el árbol forma células con paredes finas para distribuir mucha agua”, explicó Francis Schwarze, patólogo de madera e investigador de hongos del Empa. “Cuanto más fina, más baja es la densidad”.
Hace un par de años, Schwarze consiguió reducir de forma sostenible la densidad de la madera. Para ello uso el hongo Xylaria longipes. “Lo exitoso del hongo es que reduce las células de las paredes de la madera”, explicó Schwarze.
Los investigadores hicieron que se construyera con esta madera con hongos un violín, el cual se tocó ante un público de expertos que alabó el instrumento.
La siguiente prueba es el oído. “Necesitamos a 50 violinistas profesionales, técnicos de sonido y amantes de la música clásica” para corrobolarlo, concluyó Zemp. m