Dos realidades diferentes
Mientras Matías Almeyda llega a este Clásico alejado de la Liguilla, Miguel Herrera piensa en el campeonato
Los entrenadores son los comandantes supremos, los responsables de hacer que sus legiones triunfen en cada trinchera donde se defienden sus colores. El futbol nos ha arrojado todo tipo de personajes, desde los más pasionales hasta los más fríos. Hombres que son capaces de contagiar a la tribuna e irradiar todo tipo de sentimientos.
El Clásico Nacional de hoy cita a dos personajes que transpiran futbol por las venas y que saben que estos compromisos abarcan sentimientos de millones de aficionados. Dos tipos con el discurso bien claro.
Matías Almeyda ha sido la luz para Chivas, un entrenador que refrescó al equipo y lo devolvió a un sitio de privilegio, aunque en los últimos meses no le ha encontrado su mejor versión, no da con las soluciones. El semblante del Pelado no engaña, hay preocupación en él porque la Liguilla parece lejana de nueva cuenta, el equipo no jala parejo y esta noche un resultado adverso sería muy doloroso en todos los aspectos. Hoy, el argentino tiene una cita de esas que dejan huella, está en él encontrar la fórmula para ponerle alto al vuelo americanista; en caso contrario, la crisis se agudarizaría.
Y al otro lado... Nadie como Miguel Herrera para saber cómo encarar los clásicos, al entrenador del América estos partidos le quedan como traje hecho a mano. El Piojo domina este escenario, es consciente de que para su afición la victoria vale más que el puntaje, es por el orgullo.
El semestre pasado se llevó los tres partidos más importantes para el americanismo, pero el duelo con Chivas va más allá. Miguel llegó al club cuando El Rebaño levantó su título 12 y de inmediato señaló que se le había acabado el veinte a su acérrimo rival. El Piojo ha estructurado mejor a su equipo en este torneo, lo ha hecho más solvente, aunque la contundencia no ha tenido la fineza que él desea.
Las Águilas de Herrera saldrán al estadio Akron a exponer el liderato del torneo y su condición de invicto. De paso, está en sus manos la oportunidad de darle un golpe casi mortal a Chivas.