QUÉ HACER EN CASO DE UNA LESIÓN
Lo cierto es que en yoga como en cualquier otra actividad física, las lesiones pueden suceder. De entrada, hay que aprender a diferenciar entre el dolor muscular surgido por la tensión inusual de algún músculo, en cuyo caso debemos detenernos, observar y hacer consciente si podemos seguir profundizando el estiramiento o la flexión; y el dolor que indica un daño mayor. Generalmente, el primer caso es una molestia que comienza levemente y es tolerable. El segundo caso es un dolor agudo, súbito, intolerable donde hay que modificar la postura o utilizar alguna ayuda o accesorio para armar la posición de manera cómoda y relajada. Si se llega a la práctica con una lesión previa, es importante avisar al instructor para que él nos recomiende qué otra postura hacer evitando estresar el área problemática y la agudización del cuadro preexistente. En el caso de lesiones de rodilla, por citar un caso, se debe evitar entrar en posturas como Vajrasana o el Rayo, cuya intensa flexión podría agravar el problema. Hay que recordar que existen más de 1,300 posiciones, entre posturas básicas y variaciones, de acuerdo con la última compilación que hizo el yogui Sri Dharma Mittra en los años setenta, así que si no es posible realizar una asana en específico, siempre habrá otra que pueda sustituir su efecto y beneficios. (Con información de adharayoga.com, vivianayoga.blogspot.mx y bikramyogametepec.com)