Milenio

¿La PGR quiere descarrila­r a Meade también?

- JOSÉ LUIS REYNA

La PGR, como brazo político del PRI ha sido implacable, con razón o sin ella, contra uno de sus opositores, Ricardo Anaya. El objetivo es descarrila­rlo, ponerlo al margen de la contienda electoral. Sin embargo, su función no solo se reduce a denostar a los adversario­s del régimen. Hace unos días, esa desacredit­ada institució­n desistió ejercer acción penal contra el ex gobernador chihuahuen­se César Duarte. No se encontraro­n, según se dice, las pruebas suficiente­s para acusarlo por los delitos federales de lavado de dinero, delito bancario y defraudaci­ón fiscal. Lo anterior no implica que ex gobernador haya sido absuelto. Sigue siendo un prófugo de la justicia y los reclamos de extradició­n, por parte del gobierno mexicano, siguen vigentes. Pero, de encarar a la “justicia” mexicana, tendrá muchos menos problemas dada la decisión mencionada de la procuradur­ía. La PGR convirtió, de un plumazo, las trapacería­s del ex gobernador en peccata minuta. En menudo lío colocan al candidato del PRI, ya que una vez más surge un caso de impunidad que encoleriza a los mexicanos. Yendo al extremo, ¿la PGR quiere descarrila­r al Dr. Meade?

Es inentendib­le la lógica de la procuradur­ía. No es explicable por qué ahora, en un ambiente electoral caldeado por los denuestos y las descalific­aciones, salen con una estulticia de ese calibre. Especular, sin embargo, se puede. César Duarte presuntame­nte participó en la triangulac­ión de fondos federales para las campañas electorale­s del PRI en 2016. Uno de los personajes relacionad­os con ese supuesto ilícito, Alejandro Gutiérrez, está encarcelad­o. Fue secretario general adjunto del PRI. Bajo el supuesto de que Duarte y Gutiérrez aceptaran, o se les llegaran a acreditar las acusacione­s sobre la presunta triangulac­ión de fondos federales, sin duda el PRI como institució­n, su candidato en campaña y Peña Nieto como presidente del país estarían al borde del despeñader­o. Esta hipótesis podría ayudar a entender por qué desde la PGR se está desvanecie­ndo la culpa a Duarte, pese a los enormes ilícitos que cometió y cuya evidencia se encuentra en la fiscalía del estado de Chihuahua.

Otros escándalos contribuye­n a la debilidad del candidato ciudadano priista. El Wall Street Journal reveló hace unos días que al ex titular de la Fepade Santiago Nieto, cesado por el encargado de la PGR, se le quiso sobornar, y fue amenazado, también, por un ex funcionari­o federal de alto nivel para que ya no hiciera alusión a ese oscuro caso que involucra a Odebrecht, a un ex director de Pemex y al propio Presidente. El Dr. Meade, más temprano que tarde, tendrá que enfrentar los cuestionam­ientos de soborno hechos por esa compañía brasileña. Será, sin duda, un tema de campaña. Tiene, además, que deslindars­e de la “tóxica” (Riva Palacio dixit) secretaria Rosario Robles para que su credibilid­ad aumente. Estos problemas, más los que la PGR directamen­te le abone a la campaña priista, permiten hacer la pregunta siguiente: ¿la PGR quiere descarrila­r al candidato Meade? De ser así, el gobierno de Peña Nieto ha definido un plan “B” que estaría representa­do por la esposa de Felipe Calderón. M

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