La situación del sistema de salud mexicano
El buen estado de las personas debe ser considerado como una estrategia de primer orden, transversal, continua y de largo plazo; se debe reconocer que es un derecho humano fundamental, irrenunciable y prioritario
Me parece verdaderamente relevante compartir algunas reflexiones en relación a opiniones que en los últimos días se han externado sobre la realidad actual y la forma en que opera el Sistema Universal de Salud. Señalar, en primer lugar, que tras la exitosa Convención Nacional Bancaria, la Presidencia hizo pronunciamientos sobre los temas y principales ejes en los cuales hubo —según se dijo— avances importantes en los cinco años de esta administración; sin embargo, el tema de salud no fue mencionado en absoluto; en segundo lugar, el lunes 12 de marzo, en el foro organizado por la OCDE, el informe Getting it Right, Prioridades estratégicas para México, señala que nuestro gobierno es el que menos invierte en salud entre las instituciones que conforman organización; por su parte, aunque las autoridades competentes en los últimos meses en diversos foros y análisis se han limitado a exaltar el avance en temas y enfermedades de alto impacto, en particular sobre diabetes, obesidad, cáncer de mama, tratamiento de enfermedades cardiovasculares, etcétera, han omitido, sin embargo, señalar el incumplimiento con las políticas de salud consignadas en el Plan Nacional de Desarrollo y el Programa Sectorial de Salud.
Si a todo esto agregamos que la protección financiera en salud ha “logrado” cubrir 84 por ciento de la población, también lo es que han quedado desamparados aproximadamente 20 millones de mexicanos. Según cifras de 2016, el gasto de bolsillo para estos compatriotas en salud fue de 44 por ciento, siendo de los más altos en los países de la OCDE. Ante este panorama, es prudente señalar en este espacio que en reciente reunión de académicos expertos en salud pública, investigadores y organizaciones de la sociedad civil filantrópica estuvieron de acuerdo en que la situación en México y los retos en materia de Salud ya han sido debida y ampliamente diagnosticados.
Teniendo claros cuáles son los retos y problemas operativos que enfrenta el sector salud, habría que atender a las recomendaciones de los expertos, quienes coinciden en un conjunto de soluciones, debidamente sustentadas, las cuales resultaría prioritario sean incorporadas a las políticas y programas del próximo gobierno en un nuevo Programa Nacional de Salud que trascienda, incluso, su propio ámbito al otro gran tema, que es la educación.
Con base en tales consideraciones y con análisis debidamente sustentados, podría afirmarse que existen los siguientes: 1. La salud pública debe ser considerada como una estrategia de primer orden, transversal, continua, de largo plazo y blindada supuestamente. 2. Reconocer en consecuencia que la salud es un derecho humano, fundamental, irrenunciable y prioritario, indispensable para la productividad y sostenibilidad del país. 3. La meta sigue siendo inamovible: establecer un sistema universal de salud con cobertura efectiva. 4. La salud pública debe ser contemplada como un objetivo compartido entre el sector público, privado y la sociedad civil. Todos participan. 5. Debe fortalecerse el Buen Gobierno en la estructura tripartita del IMSS (principalmente en las Unidades Médicas de Alta Especialidad), en los institutos nacionales de salud de la Secretaría de Salud, el Issste, y deberán definir el nuevo esquema de operación, alcances y objetivos del Seguro Popular en una visión de largo plazo y como simiente de la universalidad de los servicios de salud, recuperando su reputación y eficacia iniciales. 1. La separación gradual de la función de financiamiento de los servicios de salud, respecto de la prestación del servicio. Este objetivo responde a la necesidad de eficientar y transparentar la asignación de recursos, eliminar inequidades y la fragmentación del sistema de salud, así como la participación de todos los sectores y de todos los niveles de gobierno. 2. Otra condición consiste en disponer de un padrón único de beneficios, evitando la multiplicidad de coberturas; acompañada de un expediente clínico electrónico único y universal, herramientas indispensables para transitar a la tan deseada portabilidad de los servicios de salud, lo que haría de la salud un derecho ciudadano, sin importar el estatus laboral. 3. El primero, contar con un sistema universal de salud con enfoque en la salud y no en la enfermedad, en donde la persona no vea mermada su condición económica en la conversación, atención y cuidado de su salud.
Para finalizar y con base en lo anterior, me parece que es indispensable exigir que cuente dentro del Plan Nacional de Desarrollo al próximo gobierno (2018-2024) como una verdadera política de Estado que impulse finalmente una mejoría en la atención universal de los mexicanos, propiciando así un desarrollo más justo y equitativo. Para ello, las propuestas que tenemos cuentan ya con un sólido respaldo. m Licenciado y doctor en derecho por la UNAM y con posgrado en la Universidad de Harvard; ex presidente de Concamin, ex presidente de Fundación Mexicana para la Salud, Constituyente de Fundación IMSS, fundador de Fundación UNAM, ex consejero técnico del IMSS, miembro de la Junta de Gobierno del Hospital General de México, Inmegen, UMAE y Especialidades Siglo XXI-IMSS.