VERACRUZ SE IMPUSO 3-1 AL ATLAS Y MANTIENE ESPERANZAS DE EVITAR EL DESCENSO
Veracruz le ganó en el Pirata Fuente al Atlas; fue un partido bravo que le dio puntos en su lucha del descenso
La esperanza es lo que muere al último, y parece que Veracruz tiene planteado aferrarse al máximo a este dicho y no dejar la Primera División. Con un panorama bastante complicado en el cierre del torneo, los Tiburones Rojos se compraron una vida más, luego de su partido ante los Zorros, que volvieron a citarse con la derrota.
Se esperaba un partido cerrado y de pocas llegadas, pero ambas escuadras demostraron porqué se ubican dentro de las peores defensas del torneo; en apenas 15 minutos de partido, el encuentro ya había dado varios giros inesperados. El primero de ellos, con la anotación rojinegra, que cayó luego de un cabezazo de Milton Caraglio tras un tiro de esquina; el argentino se tiró para enviar el balón al poste más lejano de Melitón Hernández y colocar el 1-0.
Tres minutos después de la primera desatención clara en defensa, Veracruz igualó el marcador. Los dirigidos por el técnico Guillermo Vázquez encontraron la fórmula para complicar a la defensiva de los visitantes atlistas: los balones largos a profundidad; y así cayó el tanto del empate. Luis Martínez encontró a Adrián Luna con un trazo que tiró desde medio campo, después, el camiseta 21 de los locales sirvió al espacio para que Miguel Murillo se estrenara como goleador en el Torneo Clausura 2018. El gusto le duró poco a los dirigidos por Rubén Omar Romano. Por si no fuera suficiente, volvió uno de los dolores de cabeza de Atlas: la portería. Al minuto 14, luego de recibir otro balón largo, Adrían Murillo realizó un disparo desde afuera del área. En lo que era una jugada de trámite para Miguel Ángel Fraga, el arquero rojinegro escupió el balón para que Adrián Luna aprovechara el error y firmara la remontada.
Luego de otros 15 minutos conservadores por parte de Veracruz, y de errores técnicos de Atlas, las luces del estadio Luis Pirata Fuentes fallaron por primera vez en la noche. Fue el pretexto perfecto para cortarle el ritmo a un partido que ya lo había perdido; que vio su emoción en los primeros instantes, pero después se tornó tosco y torpe. Las principales amenazas llegaban en jugadas a balón parado, pero ni éstas eran ejecutadas correctamente.
A pesar de las interrupciones, las cosas no cambiaron en la segunda mitad. Los fallos estructurales coincidieron con los que ocurrieron dentro del terreno de juego.
Atlas intentó sin imaginación. Centros a hombres invisibles y disparos a porterías inexistentes fueron una constante para los Zorros, quienes poco a poco atestiguaban cómo se les iba terminando el tiempo. Por otro lado, Veracruz asumió su rol de ventajista sabiéndose ganador momentáneo del partido. Gastaban minutos que en otros partidos necesitaban desesperadamente y sufrían más los contactos físicos.
En el minuto 92, Cristian Menéndez aprovechó el tercer trazo largo importante del partido para quedar mano a mano ante Fraga; el argentino concretó la oportunidad y alargó la ventaja de los locales.
El 3-1 en el marcador sentenció el partido. Veracruz, que sufrió de iluminación durante algunos momentos del encuentro, terminó por encontrar una luz tenue de esperanza, suficiente para aferrarse a ella por al menos algunas semanas más.