Milenio

Segunda vuelta, a la mexicana

- RICARDO MONREAL ricardomon­reala@yahoo.com.mx Twiter.@ricardomon­reala

Inicia ahora la segunda vuelta; el juego se llama “Tírenle al puntero”, es decir, a AMLO; llega vacunado y hasta con el tigre enjaulado y debidament­e sedado

Entre las múltiples sorpresas de la elección presi- dencial en curso se encuentra la segunda vuelta de facto que estamos viviendo. La primera vuelta habría sido el período de precampaña­s que se desarrolló entre el 14 de diciembre de 2017 y el 11 de febrero del presente año.

Se supone que este período está destinado a que los aspirantes presidenci­ales realicen campañas proselitis­tas entre sus afiliados y simpatizan­tes, pero todos vimos como José Antonio Meade, Ricardo Anaya y AMLO recorriero­n el país y difundiero­n promociona­les urbi et orbi con la única advertenci­a de que “este es un mensaje dirigido a los miembros del partido”.

Este modelo de comunicaci­ón mediática es similar al de “Los quince años de Rubí”, donde el padre de la quinceañer­a hace una invitación por Facebook a los amigos y compañeras de su hija, pero todo México se enteró y una buena parte de mirones, gorrones y fiesteros se apuntó.

De esta forma, el período de precampaña presidenci­al se transformó en los hechos en una primera vuelta, donde los electores de todos los partidos y los ciudadanos que no pertenecen a ninguno de ellos, vieron, escucharon y recibieron todo tipo de informació­n y desinforma­ción sobre los precandida­tos de las tres coalicione­s y hasta de los candidatos independie­ntes.

¿Qué nos dejó esta primera vuelta? Lodo y mugre. Una réplica política de aquel programa televisivo de Luis Manuel Pelayo, El Palo Encebado, donde los participan­tes tenían que trepar por un poste de madera embadurnad­o de grasa, cebo de puerco y brea, para ver quien llegaba primero a la punta.

Aún así, hubo resultados interesant­es. Por ejemplo, el único que avanzó fue AMLO y su coalición Juntos Haremos Historia. Mientras que Ricardo Anaya, candidato de la coalición Por México al Frente, después de haber sido acusado de una presunta operación de lavado de dinero por 53 millones de pesos (sin juzgar que sea cierta o falsa tal imputación), perdió algunos puntos de lo que parecía un ascendente segundo lugar. Hoy ese segundo lugar de la carrera lo disputa Anaya con el candidato de la coalición Todos por México, José Antonio Meade.

En el cluster de los “independie­ntes” también hubo movimiento­s importante­s. Fueron descartado­s prácticame­nte todos, quedando como única sobrevivie­nte al día de hoy la esposa del ex presidente Felipe Calderón, Margarita Zavala, lo que le impone un toque argentino kirchneria­no a la contienda mexicana. Podríamos concluir diciendo que la primera vuelta a la mexicana fue favorable a AMLO y a Margarita Zavala, perjudicia­l a Anaya y a los independie­ntes (El Bronco y El Jaguar sobre todo), mientras que Meade resultó indemne de esa guerra de lodo. No avanzó ciertament­e, pero tampoco se desfondó.

Inicia ahora la segunda vuelta. El juego se llama Tírenle al Puntero, es decir, a AMLO. Con 12 años de guerra sucia como preludio (desde el “peligro para México” hasta el “Manuelovic­h”), no hay algo nuevo que parezca cimbrarlo, mucho menos derrocarlo del primer sitio. Llega vacunado y hasta con el tigre enjaulado y debidament­e sedado.

Solo errores internos (por ejemplo, una estructura de movilizaci­ón y representa­ción electoral débil) o una voltereta espectacul­ar de 15-20% de los ciudadanos que aún no deciden, podría cambiar lo que viene. Por lo pronto, la segunda vuelta a la mexicana apunta también hacia AMLO y a Morena como primera fuerza legislativ­a en ambas cámaras. Una verdadera hazaña.

Aún así, faltan tres meses para la elección. Poco tiempo para una elección de propuestas. Demasiados días para una lucha en el lodo. M

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