Indicios electorales de esta semana
Señales encontradas a lo largo de una semana de indicios. El domingo pasado el PRI dio un primer paso para volver a los carriles de su normalidad con todos sus vicios y virtudes. La dirigencia nacional vuelve a manos de los históricos. Un cambio en el tono discursivo atisba el abandono de una tímida por no decir medrosa y vergonzante defensa del presente para ir con la fuerza de la masa militante, que todavía no se ve, y las mejores ideas de la experiencia del capital humano acumulado, que apenas asoman.
Un PRI que modificó o trató de delinear un perfil distinto al de una candidatura ciudadana que no era ciudadana, de un PRI que no era el PRI. Al menos en el intento se puede recuperar a la militancia dura, que no alcanza para ganar una campaña, pero sin la cual simplemente no hay campaña. Un candidato que todavía no logra desprenderse de su fijación en el adversario, pero que ya apunta a algunos lineamientos propios y de futuro para convertirse, si hay tiempo, del mal menor al que sin duda, lejos de ser un buen candidato, es el más apto para ser presidente de México. Cuarenta y nueve días para saber si es principio casi épico o gesto final de agonía.
Una encuesta, la de GEA-ISA que, a diferencia de otros sondeos, viene a decir en 176 páginas que la competencia es real, entre tres y que la explotación del resentimiento social, tanto en sus variables de explotación como de resentimiento, tiene límites. La política es el arte de lo efímero, incluida, por bien planeada que sea, la manipulación de la estupidez y del encono.
La obediencia anticipada no es rentable. De hecho, es lo contrario. Asombra, por ello, que los rapaces, voraces, rateros y causantes de la tragedia nacional, es decir, los empresarios en opinión de López Obrador, acudan genuflexos a superar los malos entendidos con los corre-ve-y-diles del candidato de Morena. A menos, claro, que la imputación de ratero o de causante de una supuesta tragedia nacional admita un buen entendimiento por encima de lo que alguien malentendió. El caso del aeropuerto es paradigmático. Del anuncio de la cancelación a la promesa de un arreglo mediante un negocio ilegal y extemporáneo a cambio de dinero y de silencio por el tiempo que le dure ese ánimo al presunto redentor de su rentable tragedia nacional. Por eso son empresarios y no políticos, porque no entienden la complejidad del ejercicio del poder ni las inevitables patologías que entraña. A corto plazo, es conveniente; a mediano plazo, es de una ingenuidad suicida. Si alguna duda tienen los privados que han lucrado con el valor público más alto del sexenio, que es la reforma educativa, hoy sábado tendrán material de sobra para desengañarse. Basta el lugar y la concurrencia de AMLO para presentar su proyecto educativo, si a eso se le puede llamar proyecto y educativo, con lo que queda del Procup devenido, si cabe la paradoja, en una especie de estalinismo liberal atizado por delincuentes de clóset, intelectuales orgánicos de Morena como Paco Ignacio Taibo II (el II es importante, que es la nueva heráldica del populismo mexicano).
Indicios. El último minuto también tiene 60 segundos. M