La Auditoría Superior de la Federación, en entredicho
La ASF ha cobrado notoriedad en los últimos días por el despido de Dora Buchahin, ex titular de la Dirección General de Asuntos Forenses de esa institución. Se adujo que su cese fue por instrucciones “de arriba” y un supuesto conflicto de intereses. Es muy probable que la razón principal de su destitución haya sido que la ex funcionaria dirigió la investigación que se conoce como La estafa maestra. Se presume que desde la Sedesol, en los tiempos de Rosario Robles, se desviaron más de 7 mil millones de pesos por la vía de las triangulaciones, en las que fueron involucradas diversas universidades públicas del país. Buchahin dejó dos indagaciones pendientes que implicaban a la Sedatu, encabezada también por la secretaria Robles.
Hasta hace poco la ASF había sido uno de los escasos organismos del Estado que cumplían a cabalidad su función: auditar, señalar faltas y expedir las recomendaciones respectivas en aras de hacer más transparente el uso de los recursos públicos. La ASF, sin embargo, no tiene la facultad de sancionar. La ASF no es autónoma, depende de la Cámara de Diputados.
El auditor superior actual es David Colmenares. Fue nombrado hace tres meses y su mandato llegará hasta 2025. Sustituyó a Juan Manuel Portal (2010-2017). En una entrevista reciente, concedida al periodista Loret de Mola, el ex auditor acusó a Colmenares de estar “desmantelando” a la ASF. Ha habido despidos “en todos los primeros niveles” de la institución. Agregó que de los auditores especiales “no queda ninguno, y van varios directores generales que son despedidos”. Aquí entra el caso de Dora Buchahin.
El ex auditor Portal recordó que él despidió a David Colmenares, su sucesor, por “incumplimiento de sus responsabilidades”. Su renuncia le fue solicitada en 2014 “por haberse encontrado algunas omisiones delicadas” cuando Colmenares se desempeñaba como auditor especial del Gasto Federalizado (traslado de fondos a Estados y municipios). Colmenares, en su defensa, ha aducido que él presentó su renuncia porque no pudo “hacer química” con Portal. Pese a este antecedente, el nuevo titular de la ASF fue aprobado por los diputados.
Si se revisan los informes de Portal hay señalamientos graves que implican desviaciones significativas de los dineros públicos. Cabe anotar, además, que el nuevo auditor tiene una cercanía con el candidato priista José Antonio Meade. Ambos fueron directores de área en la Secretaría de Hacienda entre 2000 y 2006. Esa relación podría sugerir la hipótesis, tal vez sospechosista, de que el titular de la ASF tiene como encomienda un “aseo profundo” de los casos incómodos y, de paso, limpiar cualquier duda que se relacione con Meade, sucesor de la señora Robles en la Sedesol. Por ello, se necesita una ASF independiente que en verdad defienda el buen uso de los recursos públicos que, con frecuencia, sirven para amasar fortunas personales de los gobernantes y/o financiar campañas a costas de la pobreza y desigualdad de nuestra sociedad. Por ahora, la mencionada institución está en entredicho. M