Nadal se impuso en sets corridos a Thiem y celebró por undécima ocasión en Roland Garros
Ni un calambre en el brazo izquierdo ni Dominic Thiem evitaron que Rafa Nadal volviera al estrado con el título francés; ya ha ganado 17 grandes
Tres, eso es lo que le falta a Rafael Nadal para alcanzar a Roger Federer. Tres títulos de Grand Slam más que gane el español y tendrá 20 grandes, los mismos que presume el suizo. Pero mientras muchos sueñan con que eso se llegue a dar, Nadal vuelve a ser el rey de París, el rey de Roland Garros, y los 11 trofeos que tiene desde ayer son la muestra.
El rey de la arcilla suma ya 17 Grand Slams y no hay nada que lo pare. No lo hicieron los siete rivales a los que se enfrentó en este torneo. No lo hizo Dominic Thiem, quien era una amenaza seria para acabar con su dominio. No lo hizo un calambre que le dio en el brazo izquierdo en el tercer set. Invencible es en este momento el español, no se sabe hasta dónde o hasta cuándo lo será ni hasta dónde llegará. “Era un calambre y tenía la esperanza de que se pudiera pasar. No me hubiera ido de la pista, hubiese jugado hasta con el brazo derecho. Tenía dos sets de margen para que se pasara. Tenía dos sets de margen. Habría seguido de la manera que fuera”, afirmó sobre el malestar que le inmovilizó el dedo medio de la mano izquierda en la tercera manga, del cual se quejó notablemente, y aunque ganaba dos sets a cero, se mostró preocupación ya que se veía que sí era algo más grave de lo normal.
Enfrente estaba el aspirante a sucederle, Thiem, tendrá que esperar para hacerle sombra. Cuánto, no se sabe. “¿Traspaso de poderes?”, se interrogaba la portada de la revista oficial de Roland Garros. Había motivos para cuestionarse la hegemonía.
El tenista austriaco, de golpes demoledores y piernas rápidas, había sido el único en ganarle en la tierra batida en un espacio de poco más de un año. En Roma en 2017, y hace un mes y medio en Madrid. Partidos todos ellos a tres mangas, no a cinco como la de esta final.
El murmullo circulaba por las gradas y las inmediaciones de la Philippe Chatrier. Thiem, de 24 años, estaba más maduro que el pasado año y presumía del mejor bagaje de victorias en el torneo de tierra de este año: 26 triunfos. Pero ni la amenaza más grande de sorprenderlo pudo ser siquiera una amenaza.
Nadal, de 32 años, manifestó que jugará al tenis hasta que su cuerpo resista.
“El tenis es una parte importante de mi vida, pero no lo es todo, hay otras cosas que me hacen feliz, no estoy muy preocupado por el futuro. Jugaré hasta que mi cuerpo resista y siga feliz”, apuntó.
Fuera de la cancha, es fácil hacer la comparación con Federer, ya que al ser los dos tenistas más dominantes del tenis y estar en activo, hacer un frente a frente es inevitable. Nadal dijo que no es bueno compararse con otros, en relación a los veinte títulos que tiene el suizo Roger Federer.
“Claro que tengo la ambición, la pasión, pero no me vuelvo loco con lo que hagan otros”.