INFORMACIÓN, LA MEJOR AR ENFRENTAR EL FENÓMENO D
Las noticias falsas abarrotan los medios digitales y ,en ocasiones, los tradicionales; las instituciones educativas pueden contrarrestar
LLa sociedad del conocimiento enfrenta uno de los retos más complejos que se le ha presentado en los últimos tiempos. Las llamadas noticias falsas inundan las redes sociales y se han convertido en algunos casos en el único canal de referencia para los ciudadanos.
Esto ha debilitado informativa y culturalmente las barreras y los caminos mediante los cuales la sociedad se acerca al entorno y a la realidad que los rodea.
De acuerdo con los especialistas y los propios rectores, las universidades e instituciones de educación superior deben ser una pieza fundamental para contrarrestar estos efectos.
Pero sobre todo, tienen ante sí la oportunidad de encabezar una formación encaminada más hacia el uso de información confiable y no limitarse a la propagación de rumores, de supuestos y de noticias sin sustento mediante las redes sociales.
Y eso, advierten, entraña una estrategia integral a fondo, que pase por dotar de herramientas a los usuarios para identificar todos esos procesos que relativamente son novedosos.
Se trata de confrontar medios de comunicación que ya no son los tradicionales, que obligan a someterse a una nueva relación en la que la agenda en cualquier asunto no la marquen ni la minimicen las llamadas fake news.
Y es que las universidades no han estado excluidas a este tipo de informaciones, que apuntan más hacia lo estentóreoyloimpactante,comohan sido presuntas renuncias de rectores, supuestos intentos de reelección o cambios a las legislaciones universitarias que complican el acontecer de las propias comunidades.
Por eso, explican los expertos, varios factores inciden en la propagación de las “fake news” o noticias falsas, las cuales tienen que ver con las pocas habilidades que poseen los usuarios para analizar datos.
Escasa formación y habilidades
Se trata, explica Rosalía Orozco Murillo, jefa del Centro de Formación en Periodismo Digital y responsable de la Coordinación de la Maestría en Periodismo Digital, de UDGVirtual, de una tendencia a propagar este tipo de información con fines políticos.
Además, sostiene la investigadora, es parte de una crisis de credibilidad de los medios de comunicación por no apegarse a criterios de ética periodística.
“El fenómeno nos rebasa a todos, a medios, a gobiernos, a iniciativa privada, a periodistas, porque el fenómeno llega directo a las personas que tienen un teléfono inteligente y tienen acceso a cualquier información”, explica.
En ese sentido, añade, “tendríamos que proporcionar a la ciudadanía elementos que les ayuden a verificar, a contrastar información”.
Y es que, argumenta Orozco Murillo, diversos medios internacionales se han enfocado en el fast checking o verificación de datos, un trabajoqueaquíenelpaístendríaque ser a largo plazo y con la idea de que se expanda a ámbitos más locales.
De ahí que se fundamental trabajar en un proyecto de alfabetización informativa, dirigido a la sociedad, que ofrezca herramientas para ser más críticos con las noticias que se leen o llegan por medios como WhatsApp o Facebook.
Para Enrique Fernando Velázquez Contreras, rector de la Universidad de Sonora (Unison), el impacto en la sociedad de las noticias falsas o “fake news” ya ES un fenómeno que tiene que ser usado como objeto de estudio.
Apunta que a pesar de que varios medios de comunicación y asociaciones civiles se unieron para monitorear estas noticias falsas, y de algunamaneraestablecerunamayor capacidaddecontarconinformación verídica, aún es insuficiente.
“El concepto de noticias falsas o fake news, que es algo que está en plena discusión, es difícil encontrarlo en planes de estudios o libros de texto, se tiene que ir a los artículos más novedosos, eso es parte de lo que nos hace falta ya”, señala.
Velázquez Contreras apunta que este fenómeno ya debe incorporarse a un plan de estudios, darle una mayor relevancia porque este tipo de información afecta no solo los procesos electorales sino otros esquemas e instituciones.
“Los medios de comunicación serios tienen que estar al pendiente de eso para contrarrestar estas noticias falsas, dado que Internet y las redes sociales son territorio libre para la difusión de este tipo de material”, comenta el rector de la Unison.
Hasta el momento, no se han establecido canales efectivos de difusión informativa o por ello no se ha minimizado el efecto de estas noticias falsas.
“La intención de las llamadas fake news de manipular y desprestigiar, al presentar hechos falsos como reales, representa una amenaza a la credibilidad de los medios de comunicación y al trabajo de quienes se desarrollan profesionalmente como periodistas”, puntualiza.
Participación activa
Para Janny Amaya Trujillo, investigadora de UDGVirtual y especialista en temas de periodismo de investigación y ficción televisiva, asegura que en muchas ocasiones la información que se difunde no es publicada por un medio de comunicación.
En ese sentido, este tipo de contenidos informativos mucho menos son sometidos a un proceso de manejo y verificación periodístico, en la mayoría de los casos porque es anónima.
De acuerdo con Juan Sebastián Larrosa Fuentes, profesor investigador y especialista en política, periodismo digital y economía política de lacomunicación,dicequelasnoticias falsas son difundidas no sólo por la sociedad en general, sino por personas a quienes les pagan para ello.
Tendríamos que proporcionar a la ciudadanía elementos que les ayuden a verificar y contrastar”
Ello sin contar, argumenta, con programas automatizados diseñados para propagar datos según los intereses de quienes los contratan, los gobiernos que tienen ciertos intereses en otros países, así como por medios “hiperpartidistas” y los políticos.
Bajo esta perspectiva, algunos de los consejos que pueden operar para identificar las “fake news” es desconfiar de toda la información que lean en redes sociales e internet.
Asimismo, dice Larrosa Fuentes, no es recomendable compartir ningún contenido hasta verificar que es publicado por un medio confiable, real y conocido.
“Contrastar la información en varios medios, no confiar en medios de comunicación que constantemente tienen una línea muy marcada de favorecer o criticar a un personaje específico, sobre todo en tiempos electorales; así como revisar de dónde salió la información, el lugar y la fecha en la que es publicada la noticia”, señala.
Por ello, el periodismo de calidad es un factor para contrarrestar esta tendencia informativa, y en eso las universidades deben impulsar la exploración de datos, con la intención de formar profesionales que analicen a profundidad este fenómeno y tengan más herramientas para confrontarlo.
En opinión de Francisco Javier Avelar González, rector de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), en la actualidad, la velocidad con la que se propagan las noticias falsas representa una problemática grave para los estudiantes, las instituciones y para la sociedad en general.
Esto, porque no se ha intensificado una tendencia de anteponer creencias u opiniones generales sobre hechos comprobados, por lo que este fenómeno es uno de los grandes retos en la búsqueda por consolidar una sociedad de conocimiento.
Y es que, plantea, la desinformación siempre ha existido, pero la problemática se incrementa por la celeridad y amplitud que han desarrollado hoy en día las múltiples plataformas de comunicación.
“Cada vez menos personas acceden a información verdadera. Por ejemplo, una noticia falsa llega a diez personas, mientras que una nota real sólo es vista por una persona en promedio”, explica.
Para las universidades e instituciones de educación superior, esto representa una oportunidad inmejorable para formar a los jóvenes y enriquecer su formación humanista con acciones de investigación de vanguardia, crítica e integral.
Con esto, tendrán mayores herramientas para que forjen un criterio amplio que les permita identificar los hechos y la información real, de tal manera que de forma paulatina las noticias falsas pierdan poder e influencia.
Apuntalar el nuevo esquema
En eso coincide, María Luisa Zorrilla Abascal, coordinadora de Formación Multimodal e-UAEM, de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), quien advierte que frente al consumo masivo de información en redes, se está frente a un nuevo alfabetismo que nos permite ser unos lectores críticos de la información, sobre todo en medio de un proceso electoral.
La también profesora investigadora de tiempo completo del Instituto de Ciencias de la Educación (ICE), explica que los ciudadanos deben contar con información y herramientas académicamente validadas para una identificación más precisa de noticias falsas.
A final de cuentas, como lo plantea la investigadora y Jefa del Centro de Formación en Periodismo Digital de UDGVirtual, Rosalía Orozco Murillo, se trata de un fenómeno de divulgación de noticias que no son ciertas, o del todo ciertas, y que ahora las redes sociales han popularizado.
“Las fake news se han convertido en un problema sociológico, ya que las tecnologías permiten que se difundan de forma efectiva a un mayor número de personas. Ahora la noticia que circula por distintas redes está en miles de cabezas por minuto”, comenta.
Esta información, apunta, “no está publicada en medios periodísticos serios, reconocidos por su reputación; sólo en medios que fueron creados para fines de manipulación política. Hay medios que se dedican a generar noticias falsas o manipuladas sólo para ganar dinero”.
Por ello, no todos los ciudadanos tienen la habilidad para distinguir, en primera instancia, una noticia falsa, cuando lo fundamental es estar dispuesto a dudar de la información en un primer momento.
Además, el fenómeno de la desinformación va aunado a los perfiles psicológicos que las redes sociales crean a partir de los gustos e intereses de los usuarios.
Lo importante, dice, es avanzar hacia la alfabetización digital, es decir, la lectura crítica de los medios de comunicación; la apropiación de las tecnologías de la información y la comunicación.
Asimismo, finaliza, “las habilidades para aprender en estos entornos; la investigación de información; la comunicación y participación en redes sociales, y la gestión de una reputación e identidad en línea”.