Uruguay acaba con su maleficio
Después de 48 años, los charrúas volvieron a ganar su duelo inaugural en una Copa del Mundo; Egipto padeció el ataque sudamericano y la baja de Mohamed Salah
La victoria de Uruguay ante Egipto con un gol del defensa José María Giménez acabó con un maleficio que duró 48 años, los que tardó la selección charrúa en ganar su primer partido en un Mundial. La última vez que lo consiguió fue en su estreno en México 1970, cuando se impuso 2-0 a Israel. Desde aquel 2 de junio han pasado, hasta este viernes, exactamente 17 mil 546 días.
En todo ese tiempo, Uruguay dispuso de seis oportunidades para ganar su primer encuentro en un Mundial. Falló en Alemania 1974, en México 1986, en Italia 1990, en CoreaJapón 2002, en Sudáfrica 2010 y en Brasil 2014. En el resto de los Mundiales, (Argentina 1978, España 1982, Estados Unidos 1994, Francia 1998 y Alemania 2006), no consiguió clasificarse.
La primera vez que intentó buscar otra victoria, en Alemania 1974, perdió 0-2 con la Holanda de Johan Cruyff; la segunda, en México 1986, empató 1-1 ante Alemania; la tercera, en Italia 1990, empató sin goles con España; en Corea y Japón 2002, fue derrotada 2-1 por Dinamarca; en Sudáfrica 2010 empató 0-0 con Francia y en Brasil, Costa Rica se impuso 3-1.
Finalmente, Egipto ha sido la EGIPTO Arena Ekaterimburgo Asistencia: Árbitro: Goles Minuto Autor URUGUAY Situación víctima que rompió el maleficio gracias al gol de cabeza de Giménez. Después, en conferencia de prensa, el técnico Óscar Washington Tabárez, celebró el fin de la mala racha:
“Por suerte, se cayó otra estadística. Pretendemos basarnos en la mentalidad del equipo para ganar partidos y sirven para pasar la fase de grupos. Luego llegan los partidos de matar o morir”.
José María Giménez, en el minuto 89, en un remate de cabeza agónico a la salida de una falta botada desde el costado derecho por Carlos Sánchez, acabó con la resistencia de Egipto, que estuvo a un paso de amarrar un empate sin Mohamed Salah y con una buena actuación de su portero, Mohamed El Shenawy.
Uruguay por fin ganó y lo hizo cuando parecía que esa maldición se alargaría cuatro años más, después de un encuentro en el que sus delanteros se quedaron sin pólvora. Sobre todo Luis Suárez, que falló cuatro ocasiones claras que no suele errar.
Su compañero de batalla, Edinson Cavani, se encontró con el palo y con el portero egipcio, que hizo un paradón al jugador del París Saint-Germain justo antes del tanto de Giménez.
Pero antes del inicio del choque, prácticamente solo se repetía un nombre: Mohamed Salah. La incógnita sobre si podía jugar no se había resuelto, todavía no era segura su recuperación tras lesionarse su hombro derecho en la final de la Liga de Campeones de Europa y se alimentaban todas las teorías. Su seleccionador, Héctor Cúper, en la víspera, aseguró que iba a estar sobre el césped de la Arena Ekaterimburgo.
Tal vez fue una estrategia del técnico argentino. Anunció la más que probable alineación de su estrella para intentar despistar al maestro Óscar Washington Tabárez, quien una hora antes supo que Salah, finalmente, vería el encuentro junto a los suplentes.
Sin el delantero del Liverpool, Egipto perdió a su único hombre capaz de ofrecer algo diferente y se encomendó al orden y al