Milenio

La fortuna le sonríe

Tenemos buen equipo y con Salah podría haber sido diferente; seguro que nos aportará bastante” Ganamos en el debut a un equipo difícil. Hay que darle el valor justo porque ganamos a un equipo importante”

- DIEGO GODÍN Agencias/San Petersburg­o, Rusia junio de 2018

contragolp­e para sorprender a Uruguay, que salió al campo con una buena ristra de jóvenes jugadores que revolucion­aron el estilo del combinado sudamerica­no.

El centro del campo, con una media que no llega a los 23 años, lo integraron cuatro jóvenes con más calidad que fuerza en un claro mensaje de cambio del estilo Uruguay. De repente, con Nahitan Nández, Matías Vecino, Rodrigo Bentancur y Giorgian de Arrascaeta, el conjunto charrúa cambió de muda hacia un estilo diferente, más técnico.

En la primera parte, aunque controló la pelota, Uruguay apenas generó ocasiones claras de gol. Chocó contra la buena disposició­n táctica egipcia, que incluso se atrevió a llegar hasta la portería de Fernando Muslera. Con timidez, pero llegó con un disparo manso de Trezeguet a los 12 minutos. Mientras, Bentancur intentaba dominar el tempo del juego, pero impuso un ritmo lento, algo cuadricula­do y con pocas ideas. Vecino, Nández y De Arrascaeta también se atascaron y eso afectó a Luis Suarez y a Edinson Cavani.

Solo a trompicone­s llegaron las ocasiones charrúas con dos disparos a la red lateral de la portería defendida por Amed El Shenawy, sustituto de Essam El Hadary, que fue suplente y se quedó sin conseguir el récord de convertirs­e, con 45 años, en el jugador más veterano en jugar un partido de un Mundial, aunque todavía tiene dos oportunida­des más.

Y cuando todo parecía destinado al 0-0, apareció Giménez para volar por encima de toda la defensa egipcia y romper la maldición del estreno de Uruguay en los últimos mundiales. Después de 48 años, consiguió, por fin, una victoria.

La fortuna del futbol le sonrió a Irán, que ganó 1-0 a Marruecos con un gol en propia meta del marroquí Aziz Bouhaddouz en el minuto 90+5, en un duelo que parecía condenado al empate.

El conjunto iraní, que se había dedicado todo el partido a esperar a Marruecos y salir al contragolp­e, se encontró con tres puntos en un saque de esquina desde la izquierda que Bouhaddouz, en su intento por despejar, introdujo en la portería de su compañero Munir, condenando al conjunto magrebí, que había sido más ambicioso.

De esta manera, Irán logró su primer triunfo en su primer duelo de un Mundial y se enfrentará a España, uno de los favoritos del Grupo B, con tres puntos en el bolsillo, mientras que Marruecos se irá de vacío y con la sensación de haber merecido mucho más, especialme­nte por su ambiciosa propuesta de los primeros minutos.

Marruecos e Irán protagoniz­aron un duelo inédito en la historia del torneo y significat­ivo por enfrentars­e dos seleccione­s de países con mayoría musulmana en el día de ‘Aid al Fitr’, la fiesta que marca el fin del mes del ayuno sagrado o Ramadán, que pareció notarse en el final del duelo, con hasta tres lesionados.

Dos seleccione­s similares en cuanto a sus planteamie­ntos: una defensa férrea y un ataque veloz, lanzado por sus extremos y con delanteros móviles dispuestos a aprovechar la mejor ocasión. Y necesitada­s de un triunfo antes de acometer sus duelos contra los dos favoritos, las seleccione­s ibéricas: España y Portugal.

En la alineación de los Leones del Atlas, el entrenador Hervé Renard sorprendió con la inclusión del joven lateral del Real Madrid Achraf Hakimi (19 años) como lateral izquierdo y el extremo Nordin Amrabat, del Leganés, en la otra banda, pero con proyección ofensiva. Cuando ellos salían, el mediocentr­o El Ahmadi se incrustaba como central.

Marruecos tenía clara la puesta en escena: morder y buscar el gol cuanto antes. Y lo hizo desde el primer minuto, con un disparo del joven mediapunta Amine Harit. No habían pasado diez minutos cuando los magrebíes contaban varios centros al área de Amrabat y un remate solo del delantero centro El Kaabi tras un mal despeje persa.

El selecciona­dor iraní, el portugués Carlos Queiroz, pedía calma a los suyos para que detuvieran la avalancha ofensiva rojiverde; pero el que tenía que emplearse a fondo era el meta Ali Beiranvand, una triple ocasión marroquí en un golpe franco, con el defensa

Entrenador de Egipto Defensa de Uruguay

MARRUECOS IRÁN Estadio San Petersburg­o Asistencia: Árbitro: Goles Minuto Autor Situación Mehdi Benatia, del Juventus, como último rematador.

El cuadro iraní solo lograba acercarse en situacione­s aisladas, generadas siempre por Azmoun y Ansarifard, aunque por suerte para los persas Marruecos había perdido la frescura, y casi lo pagan los de Renard, que estuvieron a punto de irse por detrás al descanso en una doble ocasión iraní al borde del descanso.

Un contragolp­e persa conducido por Masoud para la carrera de Azmoun, hizo convertirs­e en héroe al meta marroquí Munir El Kajoui, quien primero desvió con el pie el primer disparo de Azmour y luego, en una acción de puros reflejos, desvió con la mano el segundo remate de Alireza Jahanbakhs­h.

Intentó Marruecos volver por los mismos fueros en el arranque de la segunda mitad, con Amrabat entrando como un cuchillo por la banda derecha, pero sin servir centros claros; mientras que Irán esperaba su oportunida­d a la contra, consciente de que podía hacer mucho daño.

Conforme pasaban los minutos, se apoderaba del terreno de juego una sensación de que los dos equipos estaban más ocupados en evitar errores que en intentar ir a por el encuentro. En esta tesitura estaba cómodo Irán, guarnecido y esperando los intentos de Marruecos, liderado por el joven Harit, un incordio constante por la izquierda pero falto de precisión en el último pase.

Si el partido estaba trabado, el ritmo se frenó completame­nte cuando se encadenaro­n las lesiones de Amrabat por Marruecos y de los iraníes Omid Ebrahimi y Alireza Jahanbakhs­h, que prácticame­nte evitaron el juego en el último cuarto de hora. El colegiado turco Cüneyt Cakir tuvo que añadir seis minutos por atenciones y cambios.

Cuando parecía que estaba todo condenado al empate, un saque de esquina desde la izquierda lanzado por el iraní Haji Safi generó el autogol de Bouhaddouz. Los jugadores persas explotaron de alegría y se enfrentará­n a España con tres puntos inesperado­s.

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HÉCTOR CÚPER Irán logró tres puntos históricos en Copas del Mundo
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