Arabia ordena venta de todo activo canadiense
La crisis bilateral inició la semana pasada, cuando la ministra Chrystia Freeland pidió la liberación de dos activistas saudíes
El Banco Central de Arabia Saudita ordenó la venta de todos los activos canadienses que posee, como consecuencia de la disputa diplomática entre los dos países, informaron medios de comunicación de Canadá.
La radiotelevisión pública canadiense, CBC, dijo que el Banco Central de Arabia Saudita dio órdenes a sus gestores de fondos para deshacerse de todo tipo de acciones, bonos y otros activos canadienses.
De confirmarse esta información, la decisión saudí se sumaría a otras medidas emprendidas en los últimos días por las autoridades de Riad contra Canadá en represalia por las críticas a las violaciones de derechos humanos en el reino.
Arabia Saudita anunció la suspensión de todos los programas de tratamiento de pacientes saudíes en hospitales de Canadá y su traslado a otros países.
También ordenó a más de 8 mil saudíes que estudian en Canadá gracias a becas otorgadas por el gobierno de Riad que abandonen el país norteamericano y ha cancelado todas las compras de cereales procedentes de Canadá. A estas medidas se suma la suspensión de todos los vuelos a Toronto de la aerolínea estatal Saudia.
Arabia Saudita congeló el comercio y la inversión en Canadá y expulsó al embajador canadiense esta semana, presionando al país norteamericano a que buscara ayuda en Emiratos Árabes Unidos y en Reino Unido para tratar de calmar la disputa. En conferencia en la capital saudí, Adel al Jubeir, ministro de Exteriores, señaló que “no hay nada sobre lo que mediar. Canadá sabe lo que tiene que hacer: corregir lo que hizo al reino, estamos a la espera de ello”. Desde que llegó al poder en 2015, el príncipe heredero Mohammed bin Salman ha intentado obtener el apoyo de sus aliados occidentales en sus planes de reforma, ofreciendo miles de millones de dólares de la venta de armas y prometiendo luchar contra el radicalismo en el reino saudí. Se habló de cientos de miles de millones de dólares en inversiones durante sus viajes a Estados Unidos y Europa.
La disputa con Canadá ha arrojado luz sobre el arresto de numerosos políticos y activistas por los derechos humanos en Arabia Saudita a lo largo de los últimos dos años.
La crisis diplomática entre Canadá y Arabia Saudita se inició la semana pasada cuando la ministra canadiense de Asuntos Exteriores, Chrystia Freeland, pidió en Twitter la liberación de los activistas saudíes Samar y Raif Badawi.
Freeland también expresó su “profunda preocupación” por los arrestos en Arabia Saudita de activistas que defienden los derechos de las mujeres. “Solicitamos a las autoridades saudíes que los liberen inmediatamente y a todos aquellos activistas pacíficos de defensa de los derechos humanos”, señaló.
El Ejecutivo saudí consideró que la queja era una “injerencia flagrante en los asuntos internos del reino”, y defendió la legalidad de las detenciones de los activistas.
Samar Badawi fue detenida a finales de julio en Arabia Saudita y es una activista reconocida internacionalmente por su trabajo a favor de los derechos de las mujeres, mientras que su hermano, el bloguero Raif Badawi, premio Sájarov a la Libertad de Conciencia, cumple una condena de 10 años de prisión y un castigo de mil latigazos por “insultar el islam” y criticar a la Policía de la moral en su bitácora de la web.
En tanto, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, mantuvo el tono conciliador en una rueda de prensa en la que afirmó que su país no romperá los lazos con Arabia Saudita. “Seguiremos manteniendo relaciones políticas y diplomáticas con el reino de Arabia Saudita. Tenemos respeto por su importancia en el mundo y reconocemos que han avanzado en varios temas importantes”, subrayó. m