Milenio

DE INVICTOS, ERRÁTICAS Y ENFRIADOS.

Cruz Azul se sobrepuso a la roja de Pablo Aguilar, a un gol polémico y empató con Xolos en la compensaci­ón

- EDUARDO ESPINOSA Jesús Angulo disputa la pelota con Édgar Méndez LA

Con gol de último minuto, Cruz Azul rescató empate ante Tijuana; Chivas sumó tercera derrota en cuatro partidos, y Pachuca cortó, sin tantos, el paso perfecto de Pumas.

CRUZ AZUL MOSTRÓ CARÁCTER EN TIJUANA: AL MINUTO 22 SE QUEDÓ CON DIEZ HOMBRES POR UNA EXPULSIÓN, AL 79’ YA PERDÍA Y AL 92’ EMPATÓ PARA SEGUIR INVICTO Y EN LA CIMA

Anoche Cruz Azul se sublevó ante sus viejos fantasmas, esos que lo tuvieron arrinconad­o durante mucho tiempo en un espacio lleno de de conformism­o, indolencia y mediocrida­d. Hoy, esta Máquina ya no luce así. Se le nota el hambre, corazón y las ganas por buscar el resultado.

Sí, ayer pudo haber salido con la derrota ante Xolos y pocos le hubieran cuestionad­o algo por el gran esfuerzo que había hecho de dominar un juego con un hombre menos durante 70 minutos; sin embargo, este equipo no es conformist­a y se fue al frente sin temores, con más orgullo que piernas y logró el empate (1-1) en la compensaci­ón, justo el terreno donde se han escrito los mayores traumas.

Fue un punto de ganancia, que ayuda a mantener el invicto, pero también fue una victoria en lo moral, que representa la confirmaci­ón que este Cruz Azul va enserio y que la ambición que se pregona en el discurso, bien se puede reflejar en la cancha.

Y es que Cruz Azul tuvo su noche más complicada de los que va de la temporada. Tijuana y todas las circunstan­cias que envolviero­n este juego fueron una verdadera prueba de convicción para los de Pedro Caixinha.

Apenas al minuto de juego y ya Jesús Corona era el héroe del equipo al vencer en un mano a mano a Jesús Ángulo, el presagio de una dura jornada; y luego empezaron los problemas con el arbitraje, en un empujón que recibió Martín Cauterucci­o y no se sancionó como penal.

Pero lo peor llegó a la mitad del primer lapso, cuando Pablo Aguilar se ganó una amarilla por encararse con Diego González (al 19’) y tres minutos más tarde, la segunda por una supuesta falta (inexistent­e) sobre Ángulo.

Al 22’, La Máquina se quedaba con 10; pareció injusto.

Esto obligó que Caixinha sacrificar­a a Cauterucci­o y le diera entrada a Igor Lichnovsky, para así plantear un juego de sobreviven­cia, al contragolp­e. Y mientras Xolos no sabía cómo aprovechar el jugador de más, Cruz Azul encontraba unas esporádica­s llegadas que le daban algo de esperanza, como un tiro de Aldrete que obligó la primera atajada de Lajud.

Lo más cercano de Tijuana fue un centro de Lucero que Corona desvió al centro y ahí Aldrete alcanzó a despejar antes de que llegara alguien de Xolos a empujarla. Así se acabó el primer acto, con una Máquina conteniend­o la situación.

Sin embargo, en el segundo tiempo Cruz Azul salió más decidido; con un hombre menos asumió el protagonis­mo del juego, presionand­o desde la salida de los locales; la más cercana en los primeros instantes fue un tirocentro de Aldrete que amenazaba por sorprender a Lajud, pero el portero de Xolos reaccionó a tiempo para mandarla a tiro de esquina. Tijuana intentaba recobrar la posesión de la pelota, pero no tenía claridad en sus jugadas; a balón parado tuvo una el Pulpo González, quien cabeceó justo a la posición de Corona.

La Máquina no pasaba mayores sobresalto­s, por eso Caixinha se animó a meter a Milton Caraglio por Roberto Alvarado; el entrenador portugués visualizab­a que este juego se podía ganar pese a la desventaja numérica.

En lo que se veía reflejado el movimiento, Xolos tuvo una buena opción a través de Miler Bolaños, quien entró al área y sacó un disparo cruzado que Jesús Corona atajó de gran manera.

Luego vino una de las oportunida­des más claras de Cruz Azul. En un tiro de esquina, Lichnovsky se alzó con total libertad y conectó un certero cabezazo que se fue a impactar al poste izquierdo de Lajud.

Cruz Azul era mejor y estaba más cerca de abrir el marcador que Tijuana; sin embargo, al minuto 79 llegó la polémica.

En un tiro libre vino un centro al área, Miler conectó un cabezazo, Corona atajó la pelota, dejándola muerta en la línea de gol, apretada, pero el árbitro Luis Santander decretó el gol. La tecnología del chip en el balón hubiera despejado las dudas. (tanto como el VAR en otras tantas jugadas).

El gol apagó un poco al Cruz Azul, pero pronto recuperó intensidad y convicción; estuvo cerca de empatar cuando Édgar Méndez hizo un cambio de juego que le cayó justo a Aldrete, quien sacó un zurdazo que provocó la atajada de la noche de Lajud y luego el poste hizo el resto.

Pero esta Máquina tiene mucho corazón. Ya no es el equipo pecho frío de versiones anteriores. En la compensaci­ón llegó un centro al área y ahí Flores pescó la pelota con un cabezazo que clareó a Lajud. 1-1 justo y meritorio por las condicione­s.

Este Cruz Azul corrió y peleó. Nunca se vio inferior, pese a tener un hombre menos. Le alcanzó para empatar, para mantener el invicto, pero –sobre todo– para demostrar que este equipo tiene un empuje y un espíritu que antes no mostraba. Fue una igualada en puntos, pero una victoria en lo moral y eso es mucho más importante.

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Foto: AFP
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