SESENTAYOCHERA
A40 años de que se publicara bajo el sello V Siglos (ya desaparecido), comenzó a circular una nueva versión de la novela Los símbolos trasparentes, del escritor hidalguense Gonzalo Martré (1928). Una ficción inscrita en la saga narrativa realizada “desde y a partir” de los acontecimientos del 68 mexicano y su día más trágico, el 2 de octubre.
Los símbolos…, ahora en “edición especial” para el 50 aniversario sesentayochero, fue prontamente considerada como “la mejor novela” que recreaba aquellos hechos y ambientes (Gustavo Sainz dixit).
No resulta extraño que su autor haya decidido titular así esta obra, que incluye epígrafe del Nobel de Literatura Octavio Paz, donde se habla de “aquella tarde, aquella historia”, cuando “la visión fue sobrecogedora porque los símbolos se volvieron transparentes”.
La obra (que tras su lanzamiento ha tenido una docena de ediciones en Claves Latinoamericanas, Lecturas Mexicanas y Alfaguara) recrea los días más significantes del movimiento e incorpora personajes de entonces (la juventud, los estudiantes), alternándolos con los de la élite política y de los medios de comunicación, plenamente identificables entonces y ahora.
Pero no se detiene ahí, puesto que se prolonga a las secuelas de la rebelión libertaria: la opción de la lucha armada y la respuesta represiva, específicamente la gubernamental a la manifestación, también estudiantil, del 10 de junio de 1971.
La novela, primera que desde el género literario abordó la experiencia histórica, tuvo sus avatares iniciales. Y es que fue objeto de multiplicados desaires y hasta de abiertas censuras con el fin de impedir su publicación.
Se sabe que fue finalista de la segunda versión del llamado concurso Novela México 1974, convocado por la editorial Novaro, capitaneada por Luis Guillermo Piazza. Al ser finalista, se suponía, sería publicada por el sello, lo que no ocurrió —la ganadora, por cierto, fue Estas ruinas que ves, guanajuatense Jorge Ibargüengoitia.
Con el tiempo, Los símbolos… tiene ya un sitio de reconocimiento entre la crítica especializada y los lectores.
Pasados los años nadie puede negar que este libro reveló —lo sigue haciendo— los tejemanejes del sistema político mexicano —con el PRI a la cabeza— en contra del movimiento estudiantil de 1968 y su ímpetu de libertad. “La manera” en que lo hizo tuvo grandes virtudes literarias: “Uno de los grandes aciertos de Martré”, escribió entonces Ignacio Trejo Fuentes, “es la hábil estructuración que ha dado a su novela (...) la mezcolanza de los planos narrativos tiene un parentesco cercano con la narrativa cinematográfica: las secuencias jamás son directas, sino que mantienen una ordenada anarquía”.
Medio siglo después, en la perspectiva de los recientes cambios vividos en la sociedad mexicana, una nueva lectura de Los símbolos… resulta necesaria y apetecible. del Los símbolos transparentes, La historia y los personajes recreados (con sorprendente agilidad narrativa) bien pueden insertarse en nuevas realidades, también imaginadas por los jóvenes y los estudiantes de hace 50 años.
Los símbolos transparentes será comentada el próximo miércoles 22 a las 18 horas en el Centro Cultural José Martí por Pablo Gómez, Ivonne Gutiérrez, Vicente Francisco Torres y el autor. m