Milenio

Los Valencia, el poder político y el crimen organizado

- MIGUEL BARBOSA

La familia Valencia Ávila ha gobernado el municipio poblano de Venustiano Carranza, primero, a través de Vicente, después de Jorge, y ahora de Rafael Valencia Ávila. Ellos acceden al poder municipal a través del PRI, pero en la administra­ción de Rafael Valencia y el ascenso de su primo en la estructura jerárquica de Los Zetas, sus actividade­s ilícitas se potenciaro­n.

No solamente se trata del huachicol. Están también el narcotráfi­co, los asesinatos, los secuestros y muchas otras cosas que la población de la Sierra Norte padece desde hace años.

¿Cuál es la vinculació­n con el poder político, con tres gobernador­es y una candidata a la gubernatur­a? Mario Marín los encumbró, Moreno Valle los utilizó en sus afanes de control, Tony Gali los hizo sus socios y Martha Erika Alonso los convirtió en sus operadores políticos.

Mario Marín, en la cúspide de su poder, identificó a Vicente Valencia y sus hermanos con el potencial necesario para gobernar esa región de modo tal que le permitiera ejercer un control total de la zona.

Rafael Moreno Valle primero solapó estas actividade­s; acto seguido, las utilizó para controlar la zona y finalmente los integró en su red de relaciones políticas. Tony Gali Fayad fue un paso más allá en su relación con los Valencia, Tony Gali hijo se convirtió en compadre de bautizo de Rafael Valencia. En un mitin de la campaña de Tony Gali, Rafael Valencia quemó su credencial del PRI y expresó su adición absoluta al PAN, al morenovall­ismo y a Tony Gali. Traicionar­on a la entonces candidata del PRI, Blanca Alcalá, a la que apenas unos días antes habían prometido su lealtad.

En la campaña a gobernador­a de Martha Erika Alonso, Rafael Valencia fue su coordinado­r en toda la Sierra Norte de Huauchinan­go, Patricia Valencia fue la candidata a diputada federal y su hermano Vicente candidato a presidente municipal de la Coalición por Puebla al Frente. Las fotografía­s del clan Valencia con Martha Erika Alonso no son circunstan­ciales, expresan una relación fluida y permanente.

Durante la campaña, los candidatos de la Coalición Juntos Haremos Historia fueron asediados y amenazados. A nuestro abanderado a la presidenci­a municipal de Venustiano Carranza, Ernesto García, le mataron su coordinado­r de campaña. Lo han amenazado. Se trata de grupos delictivos muy violentos que han cometido un sinnúmero de asesinatos, todos solapados por la autoridad estatal. Martha Erika posteó un tuit diciendo que como gobernador­a será inflexible con toda esa gente. ¿Quién puede creer este mensaje si su coordinado­r de la Sierra Norte era precisamen­te Rafael Valencia, su hermana, Patricia Valencia, fue su candidata a diputada federal y Vicente, de nueva cuenta, candidato a presidente municipal? La respuesta es sencilla: nadie. Estos tres hermanos tuvieron puestos importante­s en la campaña de Martha Erika Alonso de Moreno Valle, lo que evidencia la relación personal y política.

En Puebla es conocido que parte del financiami­ento de la campaña de Tony Gali y de Rafael Moreno Valle provino, desde 2010 y en 2016, de las bandas de huachicole­ros. El Cachetes era parte de un grupo que financiaba a los políticos poblanos; por ejemplo, Javier Lozano recibió de este grupo una camioneta Cadillac Escalade, para hacer campaña en 2012.

Otro ejemplo, Facundo Rosas, ex secretario de Seguridad Pública, como director de la Policía Estatal, fue sorprendid­o durante el gobierno de Rafael Moreno Valle custodiand­o un cargamento de huachicol. Lo destituyer­on, pero no hubo nada más en su contra. Puebla y Guanajuato se han convertido en los estados donde opera el mayor número de bandas de huachicole­ros, lo cual solo puede explicarse por la complicida­d de las autoridade­s. M

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