Ganar un premio, bueno para el banco, dice Antonio Ortuño
“La pasé bomba con el libro antes, durante y después; fue puro goce”, declara a MILENIO el autor sobre la escritura de La vaga ambición
Con tono desenfadado, el escritor y periodista Antonio Ortuño, ganador del Premio Bellas Artes de Cuento Hispanoamericano Nellie Campobello 2018, declaró ayer a MILENIO que “ganar un premio es bueno para el banco y las deudas. A la literatura le da lo mismo. Escribes en otro plano, por otros motivos”.
El reconocimiento le fue otorgado por unanimidad por La vaga ambición, libro publicado por Páginas de Espuma. Alejandra Amatto, Liliana Muñoz y Rose Mary Salum conformaron el jurado que decidió otorgar el premio a un libro “estilística y argumentalmente homogéneo, por tener una propuesta sólida y una prosa lograda. Los relatos reunidos en este volumen se interconectan al realizar una reflexión profunda sobre el acto de escribir y cómo el autor es percibido dentro de su entorno”.
En breve entrevista telefónica, al comentar el proceso de escritura de La vaga ambición, Ortuño comentó que no sabía ni qué decir. “La pasé bomba con el libro antes, durante y después. Fue puro goce, incluso en la sufridera de escribir”.
El autor de obras como El jardín japonés, El buscador de cabezas y La fila india hace una residencia en Berlín con apoyo del Servicio Alemán de Intercambio Académico. “Vine a escribir y eso hago todos los días, varias horas. Saldrá una novela, ojalá sea divertida”, aventuró.
Sobre el certamen, Alejandra Amatto comentó que la calidad de las obras participantes fue buena y hubo una disparidad clara entre un bloque muy consolidado de jóvenes escritores. “Este primer bloque se caracterizó por la novedad, por la búsqueda de experiencias escriturales distintas, no solo de la temática, si no de la estructura”.
Una de las razones para otorgar el galardón a La vaga ambición, agregó Amatto, fue la condición homogénea de la obra. “Las tres apreciamos que desde el primer hasta el último cuento había una solidez narrativa, había una forma muy consolidada de estructurarlos y una relación interesante entre ellos. Tenía que ver con las funciones del escritor y las necesidades de la escritura como una herramienta fundamental para la sociedad, además de plantear historias muy actuales y llamativas como en el primer cuento”.
El jurado hizo una mención honorífica por unanimidad a Efraím Blanco por La nave eterna, libro publicado por Acá las Letras Ediciones. m