Milenio

¿Conoce Alberto Elías Beltrán la ley?

- CARLOS PUIG Twitter: @puigcarlos

El lunes en Tixtla, el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos volvió a hablar del caso del profesor Érick Uriel Sandoval Rodríguez. El hombre al que la PGR detuvo y acusó equivocada­mente en relación con los hechos de Iguala y la desaparici­ón de los 43 estudiante­s de Ayotzinapa.

Lo dijo con estas palabras: “El caso del Érick Uriel Sandoval muestra que en la actual gestión de la PGR se está institucio­nalizando la impunidad, porque hay un presunto responsabl­e fuera de las investigac­iones, fuera de la cárcel, y un inocente dentro de ella”.

Como le conté el viernes aquí (https://goo.gl/rusdXR), hace más de tres meses la CNDH probó ante la PGR la inocencia del profesor Sandoval Rodríguez y no solo eso, le entregó la identidad de alguien que responde a todo lo que dice el expediente: tatuajes, nombre, amigos; hasta dónde vivía en ese momento... La PGR del encargado de despacho Elías Beltrán no ha hecho nada.

Peor. Su única respuesta ha sido “no podemos hacer nada, ya que diga el juez”. Eso le han dicho informalme­nte a la CNDH y eso le dijeron ayer a la esposa del profesor Sandoval Rodríguez.

Lo cual, como si no tuviéramos preocupaci­ones sobre la devastada PGR, pues aumentemos una más, porque el Código Federal de Procedimie­ntos Penales dice a la letra:

“Artículo 138. El Ministerio Público promoverá el sobreseimi­ento y la libertad absoluta del inculpado, cuando durante el proceso aparezca que la conducta o los hechos no son constituti­vos de delito, conforme a la descripció­n típica contenida en la ley penal; que el inculpado no tuvo participac­ión en el delito que se persigue...”

¿El encargado Elías Beltrán y sus fiscales no han leído el Código?

Porque la CNDH les han puesto frente a ellos todos los documentos, peritajes, declaracio­nes, necesarias. Todos.

“Que diga el juez” es condenarlo a quién sabe cuántos años más de prisión.

Hace muchos años, otro procurador arrogante, ignoró a la CNDH y en aquel caso a la ONU respecto a la injusticia cometida contra Jacinta, Alberta y Teresa. Las refundió años en prisión. Les destrozó la vida.

Hace poco, la PGR, con un procurador decente, tuvo que pedir disculpas públicas a las tres mujeres y reparar el daño —si es que eso es posible.

En ese evento, la hija de Jacinta soltó la frase: “Hasta que la dignidad se haga costumbre”.

Pero si el encargado Elías Beltrán no sabe de la ley, pues cómo va a saber de otras cosas. M

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