Ortega pide a EU “no meterse” en Nicaragua
Por primera vez, a pedido de Washington, la ONU aborda la crisis del país centroamericano
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, pidió este miércoles al gobierno de Donald Trump no meterse en la crisis social y política que vive el país desde el 18 de abril, poco después de que el Consejo de Seguridad de la ONU abordara por primera vez la situación que enfrenta la nación centroamericana. “¿Qué le decimos a los Estados Unidos? Le decimos que si quieren ayudarle al pueblo nicaragüense, que si quieren contribuir a la paz, lo mejor que pueden hacer es no meterse con Nicaragua, respetar a Nicaragua”, señaló Ortega en un discurso durante un acto partidario celebrado en Managua.
El mandatario advirtió que las veces que Washington ha intervenido en Nicaragua “desgraciadamente ha provocado más dolor”.
El Consejo de Seguridad de la ONU abordó ayer por primera vez la crisis en Nicaragua. Costa Rica, EU, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Perú y Suecia coincidieron en que el conflicto puede amenazar la seguridad en la región. “El Consejo de Seguridad no debe ni puede ser un observador pasivo. Nicaragua sigue en descenso hacia un Estado dictatorial, corrupto y fallido. Su estabilidad y su seguridad es también la nuestra”, afirmó la embajadora de EU, Nikki Haley.
En la posición opuesta, el embajador de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, expresó su rechazo a que el tema de Nicaragua sea discutido en el Consejo de Seguridad y acusó a EU de actuar con “injerencismo” y de utilizar “tendencias colonialistas”. “La situación de Nicaragua no constituye una amenaza a la paz y la seguridad internacional. El Consejo no debería involucrarse”, acotó el embajador de China, Liu Jieyi, secundado por Kazajistán, Etiopía y Guinea Ecuatorial.
La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) responsabiliza al gobierno de “más de 300 muertos”, así como por ejecuciones extrajudiciales y torturas, entre otras violaciones a los derechos humanos.
Las manifestaciones contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron el 18 de abril pasado por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario, después de 11 años en el poder. m