¿Estamos mejor que hace seis años?
Solo 18 de cada 100 mexicanos aprueban el gobierno de Enrique Peña Nieto y 64 por ciento de la población considera que fue mal presidente (Mitofsky y De Las Heras Demotecnia).
Parece que la mayor parte de la sociedad no concuerda con el sexto Informe de gobierno, así que nos enfocaremos en tres rubros para tratar algunos temas que posiblemente no encontraremos tan fácilmente.
Primero, ¿qué pasó con la economía? El dólar fluctuó de 12.9 a 19.2 pesos del primer día de su gestión a septiembre de 2018 y termina con el peor crecimiento anual de los últimos cinco sexenios en su penúltimo año, según datos del Banco Mundial y del Banxico.
Al heredar la deuda pública más alta de la historia, el próximo gobierno tendrá que pagar más de 700 mil millones de pesos en 2019 por los intereses de ese endeudamiento, la cantidad más alta en casi 30 años (El Economista, 08/07/18).
Segundo, ¿tenemos un México más seguro? En 2017 se rompió el récord de asesinatos en un año, con 31 mil 174 casos. La entidad más afectada fue el Estado de México, donde se dio uno de cada 10 homicidios en el país (El Universal, 04/09/18).
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) señala que hubo más de 35 mil desapariciones forzadas y que no se sabe cuántas fueron cometidas por las autoridades, como el caso de los 43 de Ayotzinapa, una herida que sigue abierta (BBC, 8/06/18).
En este sexenio se cometieron mil 986 agresiones contra periodistas y, para julio de 2018, fueron asesinados 45 comunicadores, lo que pone a México como uno de los lugares más peligrosos para ejercer el periodismo, con peores índices que zonas de guerra como Afganistán o Irak (Article 19).
Tercero, ¿dónde quedó la honestidad? México es el país con más corrupción en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y uno de los seis más corruptos en el continente, pasamos del lugar 105 al 135 en el Índice de Percepción de Corrupción durante la actual Administración Federal.
Este gobierno tuvo continuos escándalos como la casa blanca, su dudosa relación con Higa, La estafa maestra, Odebrecht o la falta de interés para tener un fiscal anticorrupción que garantizara un combate frontal y, en vez de eso, vimos complicidades, una justicia simulada y selectiva.
Las instituciones fueron secuestradas políticamente en beneficio de un grupo, como el uso de la PGR y la Función Pública, que se convirtieron en instrumentos de coerción o para conseguir beneficios políticos (Toussaint, 2/09/18).
La corrupción también se vio reflejada en obras como el socavón en Morelos, así como sobreprecios, como el tren México-Toluca, una obra que ya se pasó en más de 21 mil millones de pesos y que se van sin terminarla.
Lejos quedó la revista Time con la imagen de Peña Nieto y el título “Salvando a México”, ya que hoy lo que refleja su sexenio es la portada de Newsweek, catalogándolo como “El salvador que no lo fue”, ya que tuvo condiciones económicas, políticas y sociales favorables pero que no las supo aprovechar, algo que percibe buena parte de la población y que no tiene nada que ver con el discurso oficial que nos presentan. M