Milenio

El verdadero valor del PVEM

- MANUEL BAEZA

No votes por un político. Ese fue el lema bajo el cual el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) presentó en 1994 su primera candidatur­a presidenci­al. Su candidato era el fundador y presidente nacional de ese partido, Jorge González Torres, quien a la postre recibió poco más de 327 mil votos, lo que representa­ba apenas 0.93 por ciento de los sufragios emitidos. Sin embargo, el PVEM no perdió su registro porque entonces bastaba con lograr 1 por ciento de los votos en cualquiera de los tres procesos (presidente, diputados y senadores) para mantenerlo y los verdes cosecharon 1.25 por ciento de la votación para el Senado, lo que les salvó la vida, a diferencia del PARM, el PPS y el PDM, que nunca más volvieron a las boletas.

La derrota segurament­e encendió las luces rojas en el PVEM, porque desde entonces no han vuelto a presentar un candidato presidenci­al propio.

Y sí. Aunque parezca increíble, la única y última vez que el PVEM se presentó con candidato de su partido a una elección presidenci­al fue hace 24 años. Desde entonces, los verdes se han convertido en rémoras (aliados, dirán ellos) de partidos tan diferentes como el PAN y el PRI, y gracias a ellos han logrado los votos suficiente­s (vía alianza o coalición) para mantenerse presentes en la vida política nacional.

En las elecciones de 2000, por ejemplo, el PVEM apoyó la candidatur­a ganadora de Vicente Fox, pero seis años después decidió que su candidato idóneo era el priista Roberto Madrazo, quien se fue al tercer lugar en los comicios. Mantenerse leales al PRI rindió frutos y en 2012 estuvieron en alianza con el candidato ganador, Enrique Peña Nieto, aunque luego volvieron a perder al sumarse a la campaña de José Antonio Meade.

Y, si bien dicen que es de sabios cambiar de opinión, el PVEM ha tenido una repentina dosis de sabiduría o astucia o picardía política, porque ahora se les iluminó el camino y han decidido romper con el Revolucion­ario Institucio­nal para sumarse a los esfuerzos de Morena y del próximo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. ¡Faltaba más! Hay que estar del lado ganador.

Es con base en ello que me surge una pregunta: ¿vale la pena mantener a un partido político que a lo largo de sus 32 años de vida (fue fundado originalme­nte en 1986) solo ha sido capaz de presentar un candidato presidenci­al propio?

El PVEM, con sus polémicas y populistas iniciativa­s de ley, ha demostrado que su verdadero valor no es representa­r a un sector de la población. No. Lo que vale del Verde Ecologista de México es de interés solo para los demás partidos políticos: ser comparsa del ganador. M

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