Milenio

CÉSAR DELGADO “ME FUI DOLIDO”

- LA

MINELLI ATAYDE SANTIAGO CHAPARRO

Se nota más delgado que en aquellos días en los que se convirtió en un ídolo de la afición de Cruz Azul, curiosamen­te, el encanto no vino de un título, sino del estilo gambetero del argentino. También las canas en la barba ya delatan sus 37 años, que no han sido impediment­o para que César Delgado siga como futbolista profesiona­l en su natal Argentina, aunque en la cuarta división.

Pese a los estragos del tiempo, el Chelito asegura que el cariño por Cruz Azul es el mismo que el que le tuvo cuando buscaba, como las generacion­es anteriores y posteriore­s, el campeonato de Liga que no se da desde 1997.

César volvió en este 2018 a México para jugar un partido de leyendas de La Máquina contra el América, un rival que se le dificultó, al que en partidos oficiales nunca le ganó. Esa espinita quiere sacarla, aunque sea en este encuentro simbólico, en el que seguro, le dará la mano a quienes en su mayoría ya están retirados. “Esperemos ganarle. Nunca le gané, solo le gané en un amistoso en Estados Unidos; también ellos tenían buenos jugadores en esa época, como Cuauhtémoc (Blanco) o Claudio Piojo López. Perdíamos o empatábamo­s, ojalá y se pueda dar, pero hay que disfrutar el ver a ex jugadores, y ni hablar de pisar el estadio Azul para mí será maravillos­o y, obviamente, se me van a venir a la mente miles de recuerdos”, dijo en entrevista con La Afición, y siempre acompañado de su gran amigo Luis Manuel López, quien acompañó sus pasos en su etapa con La Máquina y ahora, cada vez que regresa a territorio azteca.

¿Cómo has visto a este Cruz Azul?

Lo sigo, están muy bien en todos los sentidos, lo veo muy sólido y hay un trabajo atrás, se ve que se presentó un proyecto con (Ricardo) Peláez, están todos unidos, cuerpo técnico, jugadores, directiva, todo se ve reflejado en los resultados. Ojalá sigan de esa manera, por ese camino, que es el que se merece la institució­n.

¿Ves cerca el título de Cruz Azul?

Se lo merece. No se puede permitir eso que le sucedió de no entrar varios torneos a la Liguilla, por su historia, por su prestigio, por lo grande que es la institució­n. Esto apenas empieza, hay que tener calma, ojalá sigan por este camino, y que se puedan encontrar lo que todos los aficionado­s quieren.

¿Qué le faltó a ese equipo en el que estuviste para conseguir el título?

Hasta el día de hoy se sigue esperando y se sigue negando el título, simplement­e los rivales fueron mejores que nosotros. En esos cuatro años y medio ni siquiera pude jugar una Final; entonces, en ese sentido estoy con bronca, me fui dolido por no haber podido llegar a una Final. No hay explicació­n para encontrar que nos faltó, siempre dimos todo, más allá de haber tenido un partido bueno o malo dimos todo para llegar a la Final y después sí pelear el título.

¿No consideras que te daban mucha responsabi­lidad?

No, nunca sentí presión, pero siempre sabía que se hablaba de mi nombre y no me sentía el salvador del equipo. Si el equipo está bien, las cosas iban a ir bien. En esos momentos el grupo intentaba y no se pudo, porque el rival hizo bien las cosas y nosotros mal, esa es la realidad, no hay tanto misterio; gana el que hace mejor las cosas.

¿Había frustració­n?

Sin duda, porque teníamos un gran equipo, grandes jugadores, cuerpo técnico y todo, pero no se nos daba. No hay explicació­n para encontrarl­a en el futbol, por momentos jugábamos muy mal, en la Liguilla, sobre todo, no estábamos al nivel que mostrábamo­s en el torneo, lo pagamos caro. Había dolor, frustració­n, de no poder hacer los partidos que hacíamos en la fase regular. En la Liguilla, el equipo que nos tocaba enfrentar hacía mejor las cosas y se paraba mejor en la cancha.

¿Te has sentido más querido en otro lugar que en México?

Sinceramen­te, no. En México me quieren mucho. Estoy agradecido con México, Cruz Azul y Monterrey por el cariño y respeto. Me hacen sentir como en casa, a mí me llena mucho en alma, en corazón, me pone contento cuando vengo para acá, porque todo mundo me saluda, porque todos quieren hablar conmigo.

Te convertist­e en ídolo de Cruz Azul...

No me siento y no me sentí ídolo, me siento respetado y respeto mucho a México, soy un agradecido, pero jamás imaginé que hoy en día la gente me tuviera tanto cariño, más ahora con eso de las redes sociales, que siempre están pendientes y me hacen sentir su afecto. Hay dos tres que me putean, pero con amor.

¿Piensas en el retiro, y si no es así, te gustaría volver a México?

Me encantaría, porque me siento bien físicament­e, voy a entrenar contento, con muchas ganas, a pesar de mis 37 años. Siempre hablo con el Místico Pereyra y me dice que me venga para acá a jugar un tiempito, pero es difícil salir de Rosario cuando ya estás ahí con tus amigos y tu gente. Me encantaría terminar una etapa en México. Me fui de Monterrey por una situación compleja familiar.

¿Te quedaste con esa espinita de continuar aquí?

Uno siempre tiene la ilusión de volver al club que lo vio nacer, que le dio la oportunida­d de ser un jugador. Hoy en día la situación es otra, yo me fui por algo familiar y espero cerrar una etapa en México para ver de cerca el futbol mexicano, que me encanta.

¿Diste todo en el futbol mexicano?

No me guardé nada, tanto en Cruz Azul como en Monterrey, y agradezco el cariño de la gente. Soy un agradecido al futbol mexicano, respetuoso de la gente y del futbol mexicano, cuando me preguntan por él hablo muy bien, muchos dicen cosas de este futbol, pero el que no lo jugó, no lo conoce. yo lo cuido mucho.

¿Cómo viviste la etapa del

Aprendí que solamente los amigos y la familia están con uno. Nadie me ayudó, nadie me vino a decir si necesitaba una mano, me dejaron solo, y aprendí que las únicas personas que están a tu lado son la familia y los amigos. Sufrí mucho porque no era algo que yo quería, el doctor se equivocó, no fue de parte mía, él se equivocó y no lo reconoció. No solo pasó conmigo, sino con otros jugadores que tuvieron la suerte de no ser castigados, pero ya quedó atrás. Disfruto ahora seguir jugando, de los buenos amigos, de la gente y la familia que sí estuvo. He sufrido, pero estuve fuerte.

¿Cuál es la actualidad profesiona­l del

Estoy jugando en Central Córdoba, de Rosario, equipo de la cuarta división de Argentina; estoy allá con mi familia. Tengo un club de barrio, que pude armar con mis amigos, estamos muy contentos porque tenemos 200 chicos del barrio que van a jugar y a entrenar, niños de seis a 12 años, estamos en una liga. Ellos se divierten , juegan y yo estoy al pendiente. Con la gente que me representa, ya somos amigos, trabajo con ellos, tratando de ver dónde insertarme en el tema del futbol, jugadores, chicos.

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César Delgado, en su visita a México

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