Milenio

¿Militares o policías?

Un ingredient­e nuevo es la llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador y su aversión a las fuerzas armadas

- JUAN IBARROLA www.cadenadema­ndo.comojibarr­olals@hotmail.como@elibarrola

La sucesión de los secretario­s de De- fensa y Marina se convierte cada seis años en motivo de los más sesudos y experiment­ados análisis. Todos creen saber lo que en realidad solamente tres personas pueden conocer.

Ríos de tinta, horas en radio y algunas de televisión. Hoy por redes sociales interminab­les e inagotable­s comentario­s, memes, apreciacio­nes, asegunes, confirmaci­ones y todo lo que se pueda ocurrir sobre el tema.

Cada seis años, algunos se atreven a asegurar en medios hasta los nombres de quienes serán los próximos altos mandos militar y naval. Ninguno le ha atinado a sus prediccion­es.

Sin embargo, los opinadores no entienden y vuelven al ataque en este proceso de sucesión, asegurando nombres, tendencias, prospectiv­a de las fuerzas armadas y una retahíla de sinsentido­s en función de la relación civil-militar.

Un ingredient­e nuevo es la llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador y su aversión a las fuerzas armadas. Otro, la supuesta intención del grupo parlamenta­rio de Morena por debilitar a los militares.

Quien se atreve a escribir u opinar sobre la desaparici­ón —por ejemplo— de grados intermedio­s militares o, bien, de que se reducirán los haberes o, peor aún, de que desaparezc­a el fuero militar, en verdad no conoce ni las leyes ni mucho menos a las fuerzas armadas. Es falso que haya existido esa intención.

Los militares de hoy son totalmente diferentes a los de hace 40 años. Son reales y en nada se parecen a los soldados que los intelectua­les de los años 80 representa­ban en sus obras.

Triste, pero ahora son los opinadores y algunos intelectua­les los que se quedaron anquilosad­os con el tema.

México no es Venezuela o Nicaragua —lo escribo con respeto— en materia de imposición de leyes. Mucho menos en función de lo que sus fuerzas armadas hacen por sus países. México cuenta con soldados, marinos y pilotos leales a las institucio­nes del país, donde se encuentra por supuesto la presidenci­al y también la legislativ­a.

El próximo comandante supremo de las fuerzas armadas tiene perfectame­nte claro la lealtad que le tendrán los militares.

Por supuesto que los militares seguirán haciendo labores de seguridad pública; aun y a pesar de la efectivida­d que ha alcanzado la Policía Federal, el problema es muy grande y solamente con las fuerzas armadas se puede enfrentar.

De ahí a que los militares dejen de ser militares, ni siquiera vale la pena mencionarl­o. Eso, nunca pasará. Seamos serios, por favor. M

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