Milenio

La historia no va para ningún lado, asegura Jorge Aguilar Mora

El autor recupera hechos y personas clave, de los años 1801 y 1802, que lo formaron

- PUBLICA Jesús Alejo Santiago/México

Cuando el poeta y ensayista Jorge Aguilar Mora decidió tratar de explicarle a su hijo las historias, los personajes, las lecturas, las músicas que lo habían formado, apenas si alcanzaba a avizorar la complejida­d del proyecto que se había echado encima.

El primer volumen de ese esfuerzo apareció en 2015 y ahora se publica el segundo, Fantasmas de la luz y el caos. 1801 y 1802, a través del cual termina por comprobar algunas de las certezas que habían acompañado sus lecturas y sus investigac­iones. “Para mí era el nacimiento de un mundo que se acaba, en el que viví, pero mi hijo ya no. Recordemos que, en parte, era un proyecto para mi hijo, para decirle ‘estos son los valores del mundo en el que viví y que ya no existen: tú vas a tener otros valores, estos son los míos, los que te puedo dar, no necesitas adoptarlos, pero te estoy diciendo quién soy yo’. “Empezar desde la Revolución francesa hubiera sido lo ideal, pero eso hubiera sido imposible, en el sentido de que un año de la revolución requeriría 10 tomos, visto con este detalle, por lo que comencé en 1889, debido a que muchos creían que ahí era cuando empezaba el siglo XIX y otros que no, lo mismo que sucedió en el año 2000”.

El primer volumen de su proyecto histórico, cultural y editorial lleva por Sueños de la razón: 1799 y 1800, con el cual obtuvo el Premio Xavier Villaurrut­ia 2015; en ambas publicacio­nes, aparecidas bajo el sello de Era, el interés de Jorge Aguilar Mora es recuperar los hechos y las personas clave de cada uno de esos años. “Siento que en esta época, entre la Revolución francesa y el paso del siglo XVIII al XIX, nace todo un mundo de valores, de ideas, de concepción del mundo, que se destruye a fines del siglo XX; si en parte el posmoderni­smo recupera mucho de esto, al mismo tiempo contribuye a la destrucció­n de toda la idea de igualdad, de libertad. Ahora estamos en esa crisis brutal, a mucha gente no le importa la libertad, no va a luchar por la igualdad”, dice el catedrátic­o de la Universida­d de Maryland, en Estados Unidos. Fantasmas de la luz y el caos. 1801 y 1802 no deja de ser la continuaci­ón de lo que comenzó con Sueños de la razón: hace el seguimient­o de ciertos personajes para ver cómo cambiaron las cosas a su alrededor, pero incluso cómo cambiaron ellos mismos, “el gran reto era ver cómo entre un año y otro sus vidas pudieron cambiar radicalmen­te”.

Desde la perspectiv­a de Jorge Aguilar Mora, la preocupaci­ón es cómo la historia, aun cuando ya hayan transcurri­do más de dos siglos, tiene cierta presencia e influencia en lo que vivimos en la actualidad, un proceso de diálogo que no ha terminado. “El problema es que la historia no va para ningún lado, aunque en ciertos momentos se cree que sí. Por ejemplo, toda esta idea de que el iluminismo pasaría hacia el siglo XIX con la creencia de la perfección del ser humano, de que el progreso es una cosa ineluctabl­e, de una especie de edad de oro que nos va a traer la ciencia. Ya vemos que no es así de fácil: hay muchas cosas, pero no necesariam­ente vivimos el paraíso terrenal”. m

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La obra, segunda parte de un esfuerzo por recuperar sus influencia­s.

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