Una generación histórica
Dos de los mejores armadores de la historia de la NBA, el estadunidense Jason Kidd y el canadiense Steve Nash, ingresaron al Salón de la Fama del basquetbol con sede en Springfield, Massachusetts, donde se inventó ese deporte.
Kidd, seleccionado diez veces al Juego de Estrellas durante su carrera entre 1994 y 2013, es el segundo mejor asistente en la historia de la NBA y ocupa el tercer lugar en la clasificación histórica de robos de balón.
Ganó el título en 2011 con los Mavericks de Dallas y fue campeón olímpico en 2000 y 2008.
Por su parte, Nash ganó el trofeo al Jugador Más Valioso de la NBA dos veces, en 2005 y 2006.
El tercer mejor pasador de la historia, nunca ganó el título con los Suns de Phoenix, donde pasó la mayor parte de su carrera (1996-98 y 2004-12), pero fue seleccionado ocho veces para el Juego de Estrellas.
Además de Kidd, quien fue entrenador de los Nets de Brooklyn (2013-14) y los Bucks de Milwaukee (2014-18), y Nash, asesor de Golden State, la generación del Salón de la Fama de 2018, presentada en la primavera pasada, también incluyó a dos leyendas como Grant Hill y Ray Allen.
Hill jugó desde 1994 hasta 2013, tras ser seleccionado por los Pistons de Detroit, mientras que Allen, ganador del título con los Celtics de Boston (2008) y el Heat de Miami (2013), es el mejor triplero de la historia.