Gignac recupera el olfato
El atacante francés acumula su tercera mejor estadística de efectividad en un arranque de torneo, luego de un año con inicios flojos; es líder de goleo
Queda más que claro que una pieza fundamental de Tigres para la reciente conquista de títulos en México ha sido André-Pierre Gignac. El delantero francés ha figurado de manera estelar en prácticamente cada final ganada; el ariete ha acumulado tantos por racimos, pero sobre todo en las Liguillas, donde su aporte es máximo. Sin embargo, en los arranques de cada semestre los festejos del ‘10’ de los felinos son discretos, al menos desde hace casi dos años… Hoy, liderando la tabla de goleadores, suma su tercera mejor estadística individual. Ha recobrado el olfato.
Sobra mencionar sus cifras durante el semestre pasado, a inicios del Clausura 2018, en el que en los primeros siete encuentros de Liga completaba tres anotaciones y con una frecuencia de 188 minutos en cada anotación. La diferencia es notoria a la de sus vigentes números. Con seis dianas y las mismas siete presencias, su racha de efectividad es de cada 105’. De hecho, en cuanto a producción, solo es rebasado por los siete festejos que sumó en los primeros seis partidos del Clausura 2016. Gignac está encendido y Tigres aprovecha la capacidad de su atacante.
Se decía que Tigres apretaba a fondo el acelerador una vez que avanzaban las semanas y se acercaba la fase definitiva y era ahí cuando Gignac se encendía, asumía responsabilidades de goleador y cargaba con el peso ofensivo del equipo; de algún modo, se justificaba su tardío despertar. No siempre fue así. En sus dos primeras intervenciones en la Liga Mx, en el AP15 y CL16, André marcó doce anotaciones en once duelos, entre ambos certámenes. Su efectividad, como se mencionó antes, fue de 85 y 76 minutos para hacerse presente en la portería enemiga.
Después, llegaron las horas bajas para Gignac. En su tercer torneo en México, el francés sumó cuatro anotaciones en sus iniciales cuatro cotejos, registrando 135 minutos entre cada tanto. Hasta ese momento, era un declive que lucía natural para el atacante, pero los siguientes tres certámenes arrojaron cifras más complejas. Entre el Clausura 2017 y el Clausura 2018, AndréPierre contabilizó 20 partidos, sumando cada comienzo y solo seis rúbricas; sin ir más lejos, en una de estas tres intervenciones totalizó seis partidos y un gol, con cifras de efectividad de 540 minutos de por medio.
Por ahora, los dirigidos por Ricardo Ferretti se fían de la capacidad de Gignac, que ha conseguido prácticamente la mitad de los tantos de que los felinos completan (13). Ubicados en el séptimo puesto de la clasificación, con trece unidades, los de la Sultana del Norte retomarán actividad de Liga esta semana, frente a Pachuca, visitando la Bella Airosa; el duelo también representa una frontera especial para el francés, pues hasta ahora, los seis tantos que acumula con Tigres, los ha conseguido en el estadio Universitario, colaborando en cuatro triunfos y poco pudo hace en un descalabro.
HAY DIFERENCIAS
Parte de la producción de Gignac es debido a su puesto en el campo. En el presente, André-Pierre juega sin tantas responsabilidades creativas, es más un nueve fijo que un media punta, como llegó antes a ser empleado por Ricardo Ferretti. A diferencia de cuando arribó a Tigres, a mediados del 2015, el francés ha perdido movilidad, pero ha ganado en fortaleza física y facilidad de remate. “Lo veo bien; está más enfocado en sumar goles, pero sigue siendo fundamental para el equipo”, llegó a decir el mismo Tuca hasta hace unas semanas, en conferencia de prensa.
RACHA EN EL CAMINO
A pesar de que solo han sido poco más de tres años, Gignac ha superado sin mayor problema a varios de los goleadores históricos de Tigres. Por ahora, en este rubro el único ‘contrincante’ a vencer es Tomás Boy, que con 98 anotaciones en Liga, supera al francés por 20 conquistas más. Si bien se especula al cierre de cada semestre con la partida de André-Pierre, todo parece indicar que cumplirá con este torneo y el que viene por su contrato, tiempo en el que podría acercarse aún más, y hasta superar, la estadística del Jefe. Hoy, ya es un nombre propio en la institución, un imborrable.