LA ENFERMEDAD DE MARADONA
“Le agradezco a toda la gente de Dorados por pensar en mí. Yo tuve un montón de traspiés en mi vida, hoy tengo 57 años y asumo esta responsabilidad como quien tiene un hijo en su corazón; porque podrán decir un montón de cosas, pero desde que yo dejé la enfermedad hace 15 años, por ahí decían el dopaje, el dopaje… yo me estaba tirando para abajo, yo me estaba consumiendo, cuando yo tomaba era un paso para atrás y lo que tiene que hacer un jugador de futbol es ir para adelante. “¿Qué pasó? Se cortó todo esto gracias a mis hijas, me quedé sin una moneda, no me importa decirlo, volví al trabajo, me convenció mi hija la más chiquita, la de cuatro años”.