Rodolfo Pizarro, el querido enemigo
En su paso por Chivas. Rodolfo Pizarro se erigió como el hombre que cargaba con la responsabilidad ofensiva del equipo. Si Rodolfo estaba bien, Chivas caminaba.
En dos años marcó 11 goles en Liga llegando de la segunda línea, jugando detrás de los delanteros él sabía desmarcarse y quedar frente al marco enemigo, un volante ofensivo con sacrificio.
Fue tal su desempeño con Chivas que Rayados de Monterrey pagó más de 18 millones de dólares por sus servicios y en Verde Valle hasta moño le pusieron e hicieron la venta más alta en la administración de la familia Vergara.
Este sábado, El Rebaño visita a Rayados y es obvio que habrá una tensión especial, enfrentarse a Rodolfo Pizarro, una de las piezas claves de los títulos, ahora estará como contrincante.
A diferencia de Chivas donde era el alma del equipo, ahora Pizarro asume un rol secundario en el conjunto del norte. Es parte del engranaje ofensivo de Diego Alonso, juega con elementos de capacidad comprobada como Dorlan Pabón o Avilés Hurtado; ahora el tamaulipeco no tiene la responsabilidad total.
Con Rayados, Pizarro no pisa tanto el área enemiga, toma el balón más atrás y le cuesta desprenderse del esférico. En su nuevo equipo parece que Pizarro no entra tanto en contacto con el balón y por eso no lo suelta tan rápido.
Mucha afición en Monterrey no entiende el cambio de Pizarro, dicen que parece otro jugador, pero la realidad es que con el conjunto regio todos los atacantes tienen el mismo peso, inclusive hay diferentes calidades, algunos son seleccionados de sus países o han estado en Europa, como Jonathan Urretaviscaya, por eso es que Rodolfo no ha brillado.
En su primer semestre Pizarro marcó cuatro goles con El Rebaño, todos antes de la Jornada 9, ahora con los norteños sigue inédito en ese departamento, la afición espera que despierte, mientras que él sigue esperando su noche de estreno. Desean al Pizarro de la era Almeyda, pero para eso se necesita que el jugador recupere la alegría.