¿CUÁL CRISIS?
PUMAS DERROTÓ A LOBOS BUAP EN CIUDAD UNIVERSITARIA. SE COLOCÓ COMO LA MEJOR OFENSIVA DEL TORNEO Y SE INSTALÓ EN EL SEGUNDO LUGAR DE LA TABLA GENERAL, EMPATADO CON AMÉRICA Y SANTOS
Dicen que los golpes, problemas y vicisitudes nos hacen crecer. En Pumas, aunque sea a nivel futbolístico, se puede hablar de algo similar. La escuadra que dirige David Patiño ha padecido de todo un poco desde hace más de un año, como cualquier adolescente, pero este domingo, demostró gallardía y soltura para erradicar cualquier matiz de conflicto. Con todo y distintas crisis sorteadas, incluso en este semestre, Universidad Nacional es el sublíder de la competencia y ayer se impuso por 4-2 ante unos Lobos BUAP que se levantaron de los golpes recibidos y amenazaron con revertir el electrónico.
En Pumas pueden estar tranquilos, el equipo luce sólido, marcha en los primeros planos y contrario al semestre anterior, en el que los primeros planos eran una especie de espejismo, que duró un suspiro. Alan Mendoza, muy pronto, comenzó a darle forma a un triunfo valioso, a marcar la pauta y también el primer tanto frente a los de la BUAP. Corría el minuto 6, cuando Pablo Barrera desbordó por la parcela derecha y de inmediato localizó al lateral izquierdo en el área. Aunque el primer intento no fructiferó, el contrarremate le quedó a modo y fusiló a Antonio Rodríguez.
El estadio Olímpico festejaba, sin importar las formas, el tanto de Mendoza. El propio Alan tuvo un domingo a placer, en el que se incorporaba muchísimo al frente ofensivo. De hecho, 10 minutos después del tanto, el lateral combinó con Felipe Mora, quedando de frente a la portería, aunque en fuera de lugar. La insistencia en el ataque de Universidad Nacional pasaba, para variar, por las bandas. Barrera, con libertad creativa, ofrecía un concierto a parte del propio encuentro. Aparecían de nuevo las desconcentraciones adelante.
David Patiño, en el área técnica de los felinos, vivía con intensidad hasta los minutos en los que la pelota paseaba lejos de las dos áreas. No es nuevo. El cierre del primer tiempo incluyó otra de las variantes de Pumas: disparos desde fuera del área, empezando con Martín Rodríguez y también con Mora, aunque sin éxito; mención honorífica para Rodríguez, arquero de los visitantes, que como a lo largo de la temporada, pese a los resultados adversos, ha sobresalido al máximo. Palencia, contrario al DT de casa, estaba más tranquilo, lucía resignado.
El arranque del complemento fue un golpe anímico para Universidad. Si bien habían mostrado ambición, capacidad e insistencia, Pumas recibió el empate. Se jugaba el 57’, cuando Michaell Chirinos convirtió un pase de trámite, en una asistencia, claro, con drible a Luis Quintana de por medio. El hondureño colocó desequilibrio en los linderos del área e igualó el marcador tentativo. La respuesta de Patiño no se hizo esperar y de inmediato mandó a Juan Iturbe a la cancha, sustituyendo a Rodríguez, a la espera de que el volumen ofensivo se incrementara.
Y fue el paraguayo el que sirvió de llave para que Pumas recuperara terreno y encabezara la ofensiva. Se jugaba el 66’, cuando Iturbe finiquitó una pincelada atropellada, en la que, un centro de Kevin Escamilla no encontró destinatario al inicio, pero que terminó dándole al guaraní la posibilidad de estrenarse como goleador felino, eso sí, con un muy potente disparo que venció a Toño Rodríguez. Era el mejor momento de Universidad y vaya que loa provecharon, lanzándose al frente con vehemencia. De esta manera llegó el tercer tanto, aunque ahora por cuenta de Pablo Barrera.
El capitán de los Pumas encabezó la remontada, desde el sentido anímico, hasta firmar el tercer gol en cuenta de los de casa. Un cambio de juego terminó en el arranque de un contragolpe, que, fiel a su costumbre, Barrera se quitó la marca del rival más próximo y antes de que Rodríguez le acortara el ángulo de gol, definió cruzando al portero. Es la jugada típica del ‘8’ de los felinos, pero que hasta ahora, le sigue redituando. El momento le pertenecía al cuadro de Patiño. Ahora era Palencia el que hacía el desgaste, el que intentaba meterse al campo a definir cada embate propio.
A los de la Benemérita de Puebla aún le sobraron arrestos, para contrarrestar el muro electrónico y las diferencias en la cancha. Al 73’, Leonardo Ramos alcanzó a hacerle daño a la zaga de Pumas y con ello, marcar el segundo tanto
Tratamos de ir partido a partido, de ser intensos y de mantenernos atentos adelante”
Sabemos que si seguimos como hasta ahora, la clasificación a la Liguilla dependerá de nosotros”
Vamos paso a paso, tranquilos y con humildad, de que podemos mantener este ritmo” PABLO BARRERA Delantero de Pumas
de Lobos. Otra vez, la defensa de los de casa hizo agua en el contragolpe y aunque intentó resarcir el daño, la mayoría de sus elementos quedaron cortos al tratar de erradicar la ofensiva del sinodal. Volvían las dudas, la incertidumbre de siempre y ese espíritu volátil de tiempos recientes. Parecía que el guion de la película volvía a jugarle una mala pasada a los de CU.
Pero, como en todo script, se necesita un héroe. Y para Pumas fue Matías Alustiza. Otra vez, Pablo Barrera llegó casi a línea de fondo, donde combinó con Felipe González y este, a su vez, vio mejor colocado a Matías Alustiza, que en el centro del área remató con la cabeza un centro bien medido y mejor brindado. El cuarto de la tarde llegó al cierre del encuentro, cuando el cronómetro marcaba el 83’ y el momento justo para que Universidad consiguiera un triunfo de los que reivindican la moral e incrementan la capacidad de su plantilla. Fue el tanto del triunfo.