Milenio

Receta para evitar la crisis

Luego de su primera derrota en el campeonato, Cruz Azul deberá levantarse lo antes posible para amarrar su boleto a la Liguilla y mantenerse firme en el objetivo de ganar el título de Liga

- Eduardo Espinosa/ Ciudad de México LA

Ysí, finalmente llegó la primera derrota de Cruz Azul en este Apertura 2018. Y no, no es un asunto menor, pues si algo ha quedado claro en la historia reciente de La Máquina, es que casi siempre sus baches, si no se llegan a tratar con cuidado, pueden derivar en verdaderas crisis.

Pero esta versión al mando de Pedro Caixinha, y con Ricardo Peláez como director deportivo, luce diferente en varios aspectos. De entrada, hay un equipo convencido de lo que busca y quiere en este campeonato; además, en varios partidos se sometió a prueba en los instantes finales –esos que siempre eran fatídicos para el club– y supo mantener los resultados.

Podría ser que la derrota ante Necaxa quede como un descalabro, como hay varios en el semestre futbolísti­co, aunque tampoco se debe minimizar el hecho de que La Máquina ha acusado un bajón en su nivel de juego en estas últimas jornadas.

Incluso, esta baja notoria provocó que Caixinha decidiera darle descanso a su plantilla durante la pasada Fecha FIFA. La Máquina fue el único equipo que paró cinco días consecutiv­os para luego reanudar sus actividade­s.

Sin embargo, al regresar de esta pausa, Cruz Azul no pudo encontrar su mejor versión ante los Rayos del Necaxa, que supieron aprovechar todas las facilidade­s del conjunto capitalino para imponerse 2-0.

SE VEÍA VENIR

Como se ha mencionado, el bajón de Cruz Azul se hizo evidente desde semanas atrás. El primer partido flojo que se le notó al conjunto cementero fue frente a Toluca en la Jornada 6, cuando se impuso por la mínima diferencia.

En ese compromiso, La Máquina atacó poco y encontró el gol por medio de Cauterucci­o y luego fue dominado por los Diablos Rojos, que no tuvieron la contundenc­ia necesaria para al menos igualar los cartones. Después del juego, fue la primera vez que Pedro Caixinha mencionó que su plantilla necesitaba un descanso debido a la saturación de partidos que afrontaba.

A los pocos días, llegó el duelo de visita ante Santos, y otra vez el cuadro celeste ofreció un partido muy discreto, en el que José de Jesús Corona fue la gran figura. En un gran contragolp­e se adelantó en el marcador, pero muy pronto se vio alcanzado; al final, logró salir con un empate.

Antes de la Fecha FIFA, Cruz Azul enfrentó a Veracruz, y de nuevo batalló para imponerse, pues en algún momento, el juego estuvo igualado y los Tiburones pudieron irse arriba. Al final, el rival se desfondó y La Máquina logró ganar con claridad.

EL PASADO NO ES HALAGADOR

Sí, ya se ha mencionado, que al menos en esta primera mitad de la temporada Cruz Azul ha roto con algunos viejos vicios que solía condenarlo. Se nota un equipo con mayor oficio y más frío al momento de manejar los partidos. En pocas palabras, tiene la casta que antes no se asomaba por ningún lado.

Sin embargo, el pasado siempre será una referencia necesaria al momento de analizar a este equipo, pues no por nada siempre se le achacan fantasmas o traumas que salen a relucir en los momentos importante­s.

Por ejemplo, en el Clausura 2015, el equipo llegó a ser líder general por dos fechas (en las Jornada 5 y 6) y luego no pudo mantener el paso, cayendo de manera alarmante en la clasificac­ión, al grado que no calificó.

Y un año antes, en el Clausura 2014, cuando logró mantener el liderato general hasta la última jornada, fue eliminado en cuartos de final por León, que había entrado en octavo sitio. En la fase regular tuvo una gran racha de nueve juegos invicto, con ocho victorias seguidas; sin embargo, cuando perdió el invicto –en la Jornada 10 ante Tigres– ya no pudo ganar dos partidos seguidos.

Hoy, el Cruz Azul de Pedro Caixinha debe evitar que una historia así se repita.

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