Asunto imperante para Germán Martínez Cázares
En el Informe de gobierno presentado por Enrique Peña Nieto fueron varios puntos los que se difundieron sobre la cobertura y la atención que el Instituto Mexicano del Seguro Social presumiblemente alcanzó durante este sexenio. Sin embargo, hay un asunto pendiente que la administración abandonó deliberadamente, dejando desprotegidas a más de 2 millones 400 mil trabajadoras del hogar remuneradas, ya que mantuvo el esquema discriminador que les impide ejercer sus derechos laborales.
De acuerdo con el Inegi (2016), 95 por ciento de los trabajadores del hogar es mujer y ellas representan 10 por ciento de la población femenina económicamente activa. Lo que es alarmante es que 92 por ciento no cuenta con seguridad social y 97 por ciento no tiene acceso a servicios médicos.
El próximo nombramiento de Germán Martínez Cázares como cabeza de este instituto es buena noticia para este representativo grupo de mujeres trabajadoras, cuyos derechos laborales siguen sin incorporarse de forma integral a la Ley Federal del Trabajo y que son excluidas de muchos de los servicios de seguridad social a los que cualquier otro trabajador sí tiene acceso. Por dar algunos ejemplos, las poquísimas trabajadoras del hogar que logran registrarse ante el IMSS no tienen derecho a pensión ni a guarderías ni a que sean atendidas por enfermedades crónico-degenerativas como diabetes. Se preguntará usted, ¿qué clase de seguridad social es esa?
El gobierno actual se despide sin haber avanzado un ápice en esta materia, con una promesa pública de ratificar el convenio 189 que no requería más que voluntad política y una cantidad absurda de exhortos en el Senado para materializar su ratificación. Pero lo que es más importante, deja precedente de su resistencia para incorporarlas como derechohabientes con todas sus garantías.
Lo imperante ahora es garantizar que las trabajadoras del hogar remuneradas sean formal e integralmente consideradas para las políticas de seguridad social. Germán Martínez Cázares tendrá el reto en sus manos. Desde el Senado podría impulsar cambios urgentes a la Ley Federal del Trabajo, que eliminen los artículos violatorios de derechos que la reforma calderonista integró cuando les asignó más de 12 horas de jornada laboral, entre otras vejaciones. Además, sería consistente que presente otra iniciativa de reformas a la Ley del Seguro Social protegiendo a este grupo. Para ello podrá contar con un aliado en la causa, el doctor Gerardo Esquivel, próximo subsecretario de Egresos, quien realizó una seria y muy bien documentada investigación cuando estuvo a cargo del Instituto Belisario Domínguez en el Senado: El trabajo del hogar remunerado en México. Con el diagnóstico, la ruta y la suficiente voluntad política, no habrá razón para seguir postergando esta deuda de desigualdad estructural.
Una vez en el IMSS, Martínez Cázares tendrá una oportunidad histórica para dejar un legado de justicia, con el impulso de una política que garantice la incorporación integral y no discriminatoria de las trabajadoras del hogar como derechohabientes con todos los derechos. Que así sea. M