Milenio

Comienza a ver la luz

La Agencia Mundial Antidopaje restituyó el laboratori­o ruso, en camino a que el deporte de ese país sea readmitido tras las sanciones por dopaje

- Agencias/Victoria, Seychelles LA

Han sido tres años de calvario. El deporte ruso se convirtió en un problema internacio­nal debido a las acusacione­s de dopaje de Estado, pero desde ayer, con la rehabilita­ción de la Rusada, ve la luz al final del túnel.

“Esto abre a nuestros deportista­s la posibilida­d de participar en competenci­as internacio­nales y también de celebrar eventos en el país”, dijo Yuri Ganus, director de la agencia antidopaje del país.

Esa debería ser la primera consecuenc­ia de la decisión de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) de restituir a la Rusada, suspendida en noviembre de 2015 bajo acusacione­s de un sistema que involucrab­a políticos, médicos, entrenador­es y atletas.

La AMA explicó que nueve miembros del Comité Ejecutivo votaron a favor de la restitució­n y dos en contra (un vicepresid­ente y Oceanía), mientras que Europa se abstuvo, pero no todos están de acuerdo, ya que Estados Unidos demandó una reforma de la AMA a la que muchos acusan de someterse a las presiones del presidente ruso, Vladímir Putin.

Han sido dos Juegos Olímpicos, los de verano de Río de Janeiro 2016 y los de invierno de Pyeongchan­g 2018 y numerosos eventos mundiales y continenta­les de los que los deportista­s rusos fueron excluidos o privados de ver ondear su bandera o escuchar su himno después de colgarse el oro.

Leyendas del deporte como la saltadora Yelena Isinbáyeva tuvieron que retirarse sin honor y otros, como el campeón mundial de los 110 metros vallas, Sergey Shubenkov, vieron truncado su ascenso al ser marginados.

Si la restitució­n sigue, los deportista­s ya no tendrán que competir bajo una bandera neutral, como ocurrió en Pyeongchan­g; después debería ver restituido­s sus derechos el Comité Paralímpic­o Ruso, cuyos atletas también fueron excluidos de los dos últimos Juegos.

La próxima en la lista debería ser la Asociación Internacio­nal de Federacion­es de Atletismo (IAAF), que impidió que los rusos participar­an en Río y que limitó al máximo su presencia en otras competenci­as.

El presidente del Comité Olímpico Ruso, Stanislav Pozdniakov, admitió que eso será “más complicado”, aunque agregó que la federación de esa disciplina “ha hecho grandes progresos para su rehabilita­ción”.

Al respecto, el presidente de la Federación Rusa de Atletismo (FRA), Dmitri Shliajtin, aseguró que observa, “con optimismo los próximos pasos para la aceleració­n del proceso de rehabilita­ción”.

Pero no será fácil, ya que la Comisión de Atletas de la IAAF se dirigió a la AMA para instarla a que no perdonara a Rusia hasta que admitiera la existencia de un programa de dopaje de Estado.

“Le sugerimos votar en contra de la recomendac­ión para rehabilita­r a la Rusada y solicitamo­s que se cumpla la hoja de ruta establecid­a, incluido el reconocimi­ento de las evidencias y hechos detallados en el informe McLaren”, señaló la misiva.

En ese sentido, el principal informante de la AMA, Grigory Rodchenkov, antiguo director del laboratori­o antidopaje de Moscú, aseguró en el periódico USA Today que la restitució­n de la Rusada sería “una catástrofe para el deporte limpio”.

Una de las solicitude­s de Rodchenkov, la entrega de la base de datos y las pruebas antidopaje, era la principal condición impuesta por la AMA a la Rusada para que el deporte de ese país recupere el buen nombre.

El presidente de la AMA, Craig Reedie, exigió el pleno acceso del organismo a más tardar el 31 de diciembre a los datos y pruebas efectuadas por el antiguo laboratori­o de Moscú, implicado en una trama para encubrir los positivos de los atletas rusos; además, confirmó que el Ministerio de Deportes le escribió el 13 de septiembre aceptando las conclusion­es del informe McLaren sobre el caso.

MUTKÓ, EL FACTOR

Una clave para la decisión fue que el viceprimer ministro ruso, Vitaly Mutkó, señalado como el responsabl­e del programa de dopaje de Estado, dejó de encargarse del deporte en el gobierno; el Comité Olímpico Internacio­nal (COI) lo excluyó de por vida por las denuncias.

Pável Kolobkov, ministro de Deportes afirmó: “Encontramo­s una salida a la situación de estancamie­nto”.

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El deporte ruso espera reintegrar­se a todas las competenci­as
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La fachada de la Rusada

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