Criptomonedas, un mundo lleno de claroscuros
Los acelerados pasos de la tecnología y la necesidad por dejar de utilizar efectivo, dieron paso a la creación de criptomonedas o activos virtuales como el Bitcoin. Su uso, si bien no ha explotado, se ha popularizado a escala global; sin embargo, han generado gran controversia entre los economistas, dado que mientras unos los ven como grandes herramientas, otros advierten de sus enormes riesgos.
En el caso particular de México, las criptomonedas no tienen respaldo de las autoridades financieras, lo que significa que no son una moneda de curso legal.
Hace unos días estuvo de vista en el país, Kathryn Haun, directora de Coinbase y Hackerone, quien entabló una intensa discusión con Paul Krugman, premio Nobel de Economía, sobre pros y contras de las monedas virtuales.
La directora de la plataforma de intercambio de criptomonedas destacó que las ventajas de este tipo de activos es, por ejemplo, lo que sucede en Venezuela, un país con hiperinflación que ha tenido una fuerte devaluación en su moneda; sin embargo, la implementación de su propia moneda virtual contrarresta el impacto, dado que no pierde su poder adquisitivo.
Otro ejemplo, dijo, se da en países receptores de remesas, como México, dado que su uso no implicaría altos costos en el envío de dinero del extranjero, pues la operación sería electrónica y no generaría pago de comisiones.
Además, el uso de criptomonedas se realiza por teléfonos móviles e internet, lo que resulta más eficiente y alternativo al uso de intermediarios financieros.
En contraste, Paul Krugman explicó que su uso generará problemas fiscales muy serios, toda vez que es difícil gravar las transacciones con esquemas de monedas virtuales, incluso más de lo que han implicado los precios de transferencia (precio que pactan dos empresas asociadas para transferir, entre ellas, bienes, servicios o derechos).
Además, advirtió, si se logra convencer a los gobiernos que se acepte un activo virtual como moneda de curso legal, se generaría hiperinflación, porque solamente se estaría creando más dinero y las personas demandarían más, sin equilibrio de oferta.
Resaltó que la hegemonía y fortaleza de una moneda radica en la confianza depositada en ella tanto de los usuarios como de las entidades, y el sistema cambiario actual funciona, por lo que no es necesario hacer o desarrollar un nuevo modelo de pago tan complicado. m