El floreciente declive de la “Serenísima República” de Venecia
La muestra busca recrear la decadencia que se respiraba en el
italiano
Los últimos años de Venecia como República independiente, a lo largo del siglo XVIII, fueron un esplendoroso declive que las artes y la cultura consiguieron transformar en un período fértil, como evoca una exposición que abre ahora sus puertas en el Grand Palais de París. “Todo el mundo cree que conoce Venecia, pero ésta es mucho más misteriosa de lo que pensamos”, así condensa la comisaria de la muestra, Catherine Loisel, el recorrido multidisciplinario que propone el palacio parisino hasta el 21 de enero.
Los responsables de la exposición Deslumbrante Venecia podrían haberse limitado a colgar en sus muros los lienzos de paisajistas urbanos como Canaletto o Guardi, cuyas estampas cristalinas y geométricas han pasado al imaginario colectivo casi como si se trataran de postales; pero la muestra aspira a acercar el ambiente de gozosa decadencia que respiraba la “Serenísima República” en el Settecento italiano, más allá de la pintura.
Trás una introducción pictórica a esta ciudad-Estado —que fue independiente desde el siglo IX hasta 1797, cuando la invadió Napoleón Bonaparte—, se accede a una sala que recoge la trascendencia de la música en aquellos años: seis teatros de ópera pugnaban por ver cuál era capaz de ofrecer los decorados más suntuosos y descubrir las voces más prodigiosas; los castrati como Farinelli recibían trato de superestrellas —apenas podían salir a la calle sin ser detenidos por una ovación—, y el más célebre de sus músicos, Antonio Vivaldi, escribía sus obras maestras mientras trabajaba en el conservatorio del orfanato Ospedale della Pietá, cuyas partituras exhibe el Grand Palais.
También tienen un espacio las artes decorativas, encarnadas en una puerta de madera decorada con motivos chinos o en un lujoso relicario con forma de espejo, entre otras piezas. En cuanto a los artistas que habitaban ese magma de creación, la muestra resalta especialmente el trabajo del pintor rococó Giambattista Tiepolo, autor de la serie Historia de Cleopatra y de monumentales frescos en Würzburg, Alemania. Tiepolo llegó a España en 1762 para decorar con el fresco La gloria de España la sala del trono en el Palacio Real, y murió en Madrid poco después, en 1770.
Dentro de este afán por recrear la ciudad desde la óptica más amplia posible, la exposición se apoya en instalaciones de artistas contemporáneos que proponen una visión diferente de la ciudad: el “Volteretoscopio” invita al espectador a descubrir la Plaza de San Marcos como si estuviese dando volteretas en medio de ella; también recorre el éxito que tuvieron los artistas venecianos fuera de su ciudad, una auténtica diáspora que los llevó a triunfar en Inglaterra, Francia o los países germánicos, donde los nobles y los mecenas se disputaban sus servicios.
La crisis económica y política hizo languidecer a la Serenísima a finales de siglo: pretendida por austríacos y franceses, su caída fue inevitable.
En marzo de 1797 las tropas napoleónicas dictaron el final de la “Serenísima” tras un siglo convulso, pero muy prolífico para el arte. m