Boston y sus 106 victorias
Los Medias Rojas de Boston rompieron el récord de victorias de la franquicia, al llegar a 106 el lunes, jornada en que superaron 6-2 a los Orioles de Baltimore.
Boston aseguró la ventaja de local durante toda la postemporada, gracias al triunfo, que fue posible con un par de hits de Mookie Betts, el líder de bateo de las Grandes Ligas.
Nathan Eovaldi (6-7) ponchó a 10 inofensivos Orioles para garantizar que los Medias Rojas terminen la campaña con la mejor foja de las mayores. Por lo tanto, tendrán ventaja de locales incluso en la Serie Mundial, si es que llegan tan lejos.
Lo que saben hasta ahora los Medias Rojas es que abrirán la serie divisional en el Fenway Park el 5 de octubre, contra el ganador del juego de comodines, entre los Yanquis de Nueva York y probablemente los Atléticos de Oakland.
Los Medias Rojas de 1912 ganaron 105 juegos, durante su primera campaña en el Fenway.
Por su parte, Baltimore (45-111) se convirtió en el sexto equipo de la Liga Americana en perder 111 encuentros. El último que había pasado tal bochorno era Detroit en 2003.
Los Orioles cayeron a 60 juegos y medio de Boston (106-51) en la División Este. Desde 1939, no se habían enfrentado equipos separados por esa diferencia en las posiciones. El pitcher derrotado fue Dylan Bundy (8-16). En otro resultado, los Atléticos de Oakland, que abrieron la temporada 2018 con una nómina de apenas 62 millones de dólares, han asombrado al mundo del beisbol al asegurar un puesto en la postemporada después de que los Rays de Tampa Bay perdieron por 4-1 ante los Yanquis de Nueva York el lunes por la noche.
De esta manera, los Atléticos se convierten en el quinto y último equipo de la Liga Americana en ganar su boleto de postemporada. Será su primera aparición en playoffs desde 2014 y la cuarta en los últimos siete años.
A primeras horas del lunes, los Atléticos hicieron un anuncio incluso que probablemente no esperaban en marzo: las entradas en casa para un partido potencial de comodines y para la serie divisional se pondrán a la venta este viernes.
Asumiendo que Oakland no borre una desventaja de cinco juegos ante los Astros de Houston, con seis partidos por jugar, los Atléticos enfrentarán a los Yanquis en el juego de comodín de la Americana.Esto sucede con un club que ocupó el lugar 26 en la temporada en el ranking en abril. Ahora, con marca de 94-62, han mejorado en 19 triunfos, toda vez que ganaron 75 el año pasado. El plan del Real Madrid de sustituir a un ariete de la jerarquía de Cristiano Ronaldo ha fracasado, tal como afirma el palíndromo.
Lo que pasó el domingo en la avenida Aztlán, a unos cinco kilómetros del estadio Universitario, no tiene nada que ver con el futbol. Ahí, bajo la estación del Metro, hubo un enfrentamiento entre barristas Rayados y Tigres. Ahí, un seguidor de Tigres fue mortalmente agredido por al menos 20 pseudoaficionados de Rayados, previo al clásico regiomontano.
Las imágenes son espeluznantes, aterradoras, dramáticas. El aficionado del equipo felino quedó a merced de la crueldad de una pandilla.
El chico Rodolfo Manuel Palomo, de 21 años, sigue grave en el Hospital Universitario, víctima de heridas en pulmones y cráneo. Lo que pasó es un hecho lamentable y reprobable. Los que mancharon el duelo más esperado en la ciudad de Monterrey no son aficionados, ni seguidores. No representan ni a Rayados ni a Tigres. No representan los valores de la Sultana del Norte ni las ideologías de los clubes ni las empresas que los representan. Son gente sin escrúpulos que usan como pretexto el futbol para delinquir, para dañar, para lastimar.
¿Culpables? Todo empieza desde la educación en casa, de la familia. Es el principio básico de formar niños y jóvenes de bien, no supuestos aficionados que se esconden detrás de un escudo para fomentar la violencia.
Ya no queremos más casos lamentables como el de Rodolfo. La verdadera mejor afición de México no está en Aztlán. Ellos no la representan. Hoy fuimos mal ejemplo a nivel nacional y mundial por personas crueles y despiadadas. No manchemos nuestra ciudad, no dañemos el futbol que es el mejor motivo para unirnos en familia, sin importar colores.
El futbol es un juego. No confundamos amor por pasión desmedida. No confundamos cariño al equipo por fanatismo irracional. Hoy es un buen momento para comportarnos con civismo y demostrar que lo que pasó en Aztlán es un negro episodio que no queremos que se repita jamás.