La prensa seria
La prensa seria puede ser muy divertida. En el New York Times, un largo artículo de Jorge Ramos: “La revolución de AMLO”. Puesto el título, se atreve con lo que sea. Quiere explicar “el cambio radical que se acaba de vivir”, por el que “México se fue a la izquierda”. No dice en qué consiste el cambio ni por qué es radical, ni qué sea en este caso la izquierda —pensará que por algo es la Cuarta Transformación.
Para explicar la derrota del PRI dice que “la larga lista de gobernadores priistas involucrados en casos de corrupción fue aún más indignante y dolorosa por la ceguera presidencial”. Yo hago mi lista: escandalosa, criminal, y están Javier Duarte, Roberto Borge, Tomás Yarrington, Horacio Duarte, pero caigo en la cuenta de que están sujetos a proceso, acusados por la PGR, de modo que los de la ceguera presidencial son sin duda otros. Ramos nos deja in albis.
Con una gramática un poco tortuosa, explica que en los años anteriores AMLO “venció al menos dos fraudes” (al menos dos), pero que esta vez “la joven democracia mexicana, que apenas lleva 18 años” funcionó. Todo se vuelve más espeso. Significa que la democracia comenzó en el año 2000, cosa bastante rara, como sea que se hagan los cálculos. Pero además, si AMLO padeció dos fraudes en ese tiempo, no parece razonable decir que hubiese democracia.
Para que se pueda apreciar bien lo que ha sucedido, Ramos toma aliento, mira a lo lejos, y proclama que AMLO venció “a todo un sistema que desde 1929 se había resistido al cambio verdadero”. Y explica que el PRI y el PAN “han gobernado México por 89 años, con resultados desastrosos”. Desde 1929. La reforma agraria, el cardenismo, el desarrollo estabilizador, la apertura de la economía, la transición democrática, todo simulación, artificio, decorado, ningún cambio verdadero como éste. Por otro lado, 89 años de resultados desastrosos parecen muchos, pero no es justo que prive de su parte a los gobiernos del PRD, empezando por el de AMLO.
En las últimas líneas matiza la épica: “no debemos verlo como un salvador”. Y nos tranquiliza: AMLO no se va a reelegir, porque “en el ADN mexicano está la frase: sufragio efectivo, no reelección”. Así informa la prensa seria. M